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Conducimos el nuevo Renault Mégane. Comportamiento ejemplar

Nada más bajar del avión, hemos podido ponernos al volante del nuevo Renault Mégane dCi en su versión de 130 caballos. Lo hemos hecho por las carreteras portuguesas donde se celebra la presentación a la prensa internacional y nos ha dejado un buen sabor de boca por muchas razones pero sobre todo porque se conduce con agrado y facilidad.

Indudablemente el tacto del nuevo Mégane es un tacto Renault. Sabe a Renault el suave manejo del cambio y lo bien que se engranan las marchas, aunque hemos dejado un poco en cuarentena, hasta probar otras unidades, el recorrido efectivo del pedal del embrague, que en ocasiones impide salir limpiamente y de forma suave desde parado. Pero la dirección transmite toda la información que se necesita, el pedal de freno es progresivo y su mordiente eficaz, y el coche se siente aplomado y cómodo.

Acabado que transmite calidad

El habitáculo, presidido en las versiones más equipadas con la tablet vertical de 8,7 pulgadas que ya hemos visto en Espace y Talisman, presenta un salpicadero limpio y ergonómico que transmite, con la tablet, un salto importante en calidad y tecnología. Falta saber el aspecto del cuadro con la pantalla horizontal de 7 pulgadas, pero sin duda mantendrá el espíritu innovador.

El acabado a priori parece muy conseguido lo que quiere decir que se dejan ver las fuertes inversiones que la marca ha realizado en Palencia, con una zona de soldadura más moderna, una cabina de luz de última generación y la nueva Escuela de Calidad Percibida por la que pasa el cien por cien del personal que trabaja tanto en el Mégane como en el Kadjar con el que comparte plataforma.

Este mimo con el acabado se traslada a la insonorización, tan conseguida que ayuda a no apreciar apenas que circulamos en un modelo diesel. Por cierto, este motor ya conocido y montado en numerosos modelos, proporciona al nuevo Mégane un brío notable y agrado, porque sube de vueltas sin titubeos hasta las 5.000 rpm y en la zona baja del cuentarrevoluciones cuando se circula en marchas largas se defiende con nota. Y los 4,0 l/100 km de consumo medio homologado pueden convertirse en litro y medio más en uso real, pero en cualquier caso es una cifra muy competitiva.

En marcha se maneja de maravilla

En marcha, a pesar de que aún no sabemos por qué  el único modelo que llevará dirección a las cuatro ruedas 4Control es el Mégane GT, y a pesar de que todos los Mègane, independientemente de la motorización, llevarán un sencillo eje trasero torsional semiindependiente, lo cierto es que el compacto francés se maneja de maravilla cuando la carretera se retuerce. Y lo hace sin comprometer la comodidad. Los generosos neumáticos 205/50 R 17 de nuestra unidad ayudan, pero también es cierto que apenas se aprecian balanceos y la tendencia a tirar de morro en las curvas más cerradas queda minimizada y el coche traza por su sitio aunque se fuerce el ritmo.

En cuanto a espacio en las plazas traseras hay que hablar de ganancia respecto al anterior y cotas similares a las que presentan algunos de sus rivales más temidos como el VW Golf o el Seat Leon. Y su maletero, con 384 litros de volumen se sitúa como el segundo mas grande tras el Peugeot 308. 

El nuevo Renault Mégane estará a la venta desde mediados de enero con precios desde 16.600 euros sin incluir los descuentos relacionados con el Plan PIVE. Se trata de la versión de gasolina TCE de 100 caballos y acabado Life que ya incluye en su equipamiento de serie el aire acondicionado y una lista interminable de elementos. Para hacerse con el diesel más asequible habrá que desembolsar 18.100 euros que es lo que va a costar el dCi de 90 caballos en acabado Life. Por su parte y ya apuntando a lo más alto, la versión GT de 205 caballos y cambio automático de doble embrague EDC costará 26.900 euros y el dCi de 130 en acabado Bosé, 24.800 euros.