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Así recomienda la DGT conducir cuando hay niebla

Conducir con niebla es uno de los escenarios mas complejos que se te pueden presentar. Aun siendo un banco de niebla leve, la visibilidad se reduce hasta puntos extremos en ocasiones, y prolongados en el espacio/tiempo. Por ello extremar las precauciones es importante, ya que dejamos de ver con normalidad tanto el entorno como nuestra presencia es también menos visible.

Como se forma un banco de niebla

Banco de niebla importante

La niebla es la suspensión en el aire de gotas de agua muy pequeñas a ras de suelo que reduce la visibilidad a menos de un kilómetro. Este último dato es importante, porque si no llega a reducir la visibilidad hasta esa distancia, técnicamente no es una niebla, sino una neblina o bruma.

Para formar esas gotitas a ras de suelo, necesitamos que el aire en esa zona se sature de vapor de agua. Resulta que el aire tiene una capacidad determinada de albergar vapor de agua (que es transparente a nuestros ojos, por cierto) y, cuando hay más vapor del que puede asimilar, éste se convierte en gotitas de agua. Tenemos dos formas de conseguir esto: añadiendo más vapor de agua al aire, por ejemplo, desde un río, o bajando la temperatura.

¿Por qué bajar la temperatura es una opción? Porque el aire frío es capaz de albergar menos vapor que el caliente. Por tanto, si bajamos la temperatura a una masa cálida que tenga mucha humedad, podemos conseguir que «le sobre» vapor y lo convierta en gotitas.