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40 años del Citroën BX

Un clásico de nuestra historia de la automoción cumple 40 años. Se trata del Citroën BX supone una historia rica e inesperada en la vida de la marca francesa. Y se refleja en el éxito comercial que logró durante sus 12 años de existencia.


Para conmemorar este hito, los expertos de la asociación L’Aventure Citroën invitaron a todos los seguidores del modelo a redescubrir el BX el pasado septiembre en el Conservatorio Citroën de Aulnay-sous-Bois.

Proyecto ‘XB’

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Lanzado en 1978 con el nombre en clave ‘XB’, el proyecto Citroën BX finalizó sus especificaciones en noviembre de 1979. Los principales objetivos del futuro BX eran garantizar que fuera reconocido como un vehículo moderno, no convencional, con énfasis en la innovación.


El BX iba a ser un vehículo de motor transversal, con un peso limitado para asegurar una buena aceleración y un bajo consumo de combustible. Lo que representaba un ahorro de costos en el contexto de la época. Como todos los Citroën de gama alta de esta época, el BX estaba equipado con un sistema de suspensión hidroneumática para garantizar el confort y un agarre impecable a la carretera. El BX tenía una carrocería hatchback de 5 puertas.


El desarrollo del Citroën BX estuvo a cargo del centro técnico Vélizy. Para ello se invirtió mucho en CAD (diseño asistido por computadora), lo que permitió definir con precisión el diseño y optimizar las prestaciones. Gracias a este método, el BX consiguió un buen coeficiente aerodinámico de 0,34.


El Citroën BX fue innovador en el uso de materiales compuestos. Se implementó en piezas como el paragolpes, el portón del maletero, el capó y los paneles laterales, con un peso de solo 885 kg.


Siendo el primer vehículo de la era PSA, los motores del BX se tomaron del propio banco de trenes motrices del grupo. Equipado con potentes motores desde su lanzamiento (62 y 72 CV con 1.360 cc; 90 CV con el bloque de 1.580 cc), el Citroën BX fue sorprendentemente dinámico.