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¿Cuál es la documentación necesaria para pasar la ITV?

La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida por sus siglas ITV, es una revisión periódica que los vehículos deben pasar satisfactoriamente para mantenerlos en unas condiciones de seguridad óptimas. De esta forma, los riesgos de sufrir accidentes por un fallo técnico son menores. Además, con ciertas prácticas, contribuyes a proteger el medio ambiente ya que una de las cosas que revisan los técnicos es la cantidad de gases contaminantes que emite tu vehículo. Pero, ¿qué más cosas se hacen en la ITV?

Si es tu primera revisión, puede que desconozcas un poco el procedimiento o tal vez, se te olvide de cita en cita. Lo primero es coger cita previa para tu itvCuando llegues, aparcas el vehículo, coges la documentación del coche y entras a la oficina donde tendrás que entregarla para proceder a la identificación del vehículo. Esos papeles serán la tarjeta de inspección técnica de vehículos y el permiso de circulación.

Revisarán todo y además, te tomarán los datos personales que quedarán registrados para que el técnico que va a hacerte la inspección pueda verlos. Además, supervisarán la matrícula y número de bastidor. De todas formas, veamos cuál es la documentación exacta que te haría falta entregar en la ITV.

¿Qué documentación necesitas para pasar la ITV?

Para realizar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), necesitas una documentación básica que justifique que el vehículo es de tu propiedad y que refleje la fecha de matriculación ya que los plazos obligatorios para la inspección empiezan a contar a partir de la fecha en la que se matriculó el vehículo. Para ello te hará falta:

  • La Ficha Técnica o Tarjeta ITV (si ha pasado anteriormente la ITV)
  • El Permiso de Circulación del vehículo
  • Acreditación del seguro obligatorio del vehículo. La normativa recoge que debes llevar el justificante de haber pagado el seguro del coche.
  • En algunas provincias, el DNI del conductor del vehículo (no del titular).

¿Qué van a revisar en la ITV?

Una vez que toda la documentación está en orden, empiezan las pruebas. Los técnicos van a mirar el funcionamiento y reglaje de la señalización (intermitentes) y del alumbrado (luces). Estos elementos son prioritarios para la seguridad vial, al igual que el estado de los frenos; por lo que comprobarán su eficiencia, equilibrado y circuito.

Siguiendo con la inspección de seguridad, mirarán el estado de los neumáticos, la dirección y suspensión. Comienza lo que se conoce como la “inspección en foso”. Se sitúa el coche en el foso desde donde pueden comprobar, mediante simulaciones de conducción, si hay roturas, holguras o cualquier otro defecto en los ejes, dirección, frenos, trasmisión, bastidor, suspensión o neumáticos.

La emisión de gases contaminantes es la última prueba que tiene que pasar el vehículo, el cual, no debe superar la cantidad establecida por la normativa europea. En caso de los niveles de emisión de gases sobrepasen la reglamentaria, puede ser motivo de una inspección técnica no apta. Y en eso va a influir el tipo de combustible que uses para repostar. Supongamos que has superado todas las partes, ay solo te quedaría esperar a la entrega de resultados de la inspección en donde aparecerán todas las deficiencias (en caso de que las haya) y su calificación.