Hace solo unos días que saltaba la noticia de que la firma de Crewe dejaría de fabricar su buque insignia, el Bentley Mulsanne. Su baja demanda (en 2019 apenas se vendieron 500 ejemplares en todo el mundo) ha significado el final de la vida de toda una institución en el mundo del automóvil, pues deja de producirse el rival directo del majestuoso Rolls-Royce Phantom.