No nos comentas datos sobre tus necesidades de uso, kilometraje, familia… pero trataremos de ser concisos. Efectivamente el diseño del Citroën ë-C4 ha sorprendido a casi todos, ya que se mueve entre un turismo convencional y un SUV. No entraremos en terrenos estéticos, para gustos los colores, pero sí señalar que el modelo francés mide 4,36 metros de longitud, 16 centímetros más que el Hyundai Kona eléctrico. Y eso se traduce en mayor espacio para las piernas en las plazas traseras, más holgura para instalar a los niños en sus sillitas o una capacidad de maletero superior: 380 litros, frente a los 332 de su rival coreano. Suponemos que todo esto lo tendrás previsto.
Dicho esto, el ë-C4 recurre a un motor eléctrico de 136 CV y a una batería de 50 kWh de capacidad que le brinda una autonomía de hasta 351 kilómetros. En el Kona eléctrico tienes dos posibilidades. La primera también rinde 136 CV, la batería es de 39,2 kWh y la autonomía llega a los 305 kilómetros. Además ofrece otra versión con 204 CV, batería de 64 kWh y un rango de acción que se incrementa hasta los 484 kilómetros. Si va a ser el único coche en casa o te mueves asiduamente los fines de semana quizás sea la opción más adecuada, aunque también son 4.000 euros más en la factura final.
Las prestaciones de ambos vehículos son similares, salvo que apuestes, lógicamente, por la variante de 204 CV. El consumo es más comedido en el Kona -14,3 kWh frente a los 16,0 que homologa el Citroën-, ambos admiten cargas de hasta 100 kW y los tiempos de recarga oscilan en función de la batería. En una toma de 11 kW en el ë-C4 tardarías 5 horas, en el Kona de 136 CV 4 horas y 30 minutos, y en la variante más potente, casi 7.
El ë-C4 presume de un rodar más confortable gracias a un tarado más suave de la suspensión, y la dirección también está más asistida. El Kona tiene un tacto más preciso y comunicativo en general. El precio de salida es muy similar en ambos -35.270 euros el ë-C4 por 35.650 el Kona-, aunque la campaña de descuentos es mucho más agresiva en el Hyundai.
