Prueba del Mercedes E 220 d: Dame más kilómetros, por favor

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero la misma semana que pasó por la redacción el Mercedes E 220 d Berlina lo hizo también un competidor directo, eso sí, con propulsión cien por cien eléctrica. En el momento de la recogida, el ordenador de a bordo de la berlina de la marca alemana indicaba una autonomía de 1.120 kilómetros con el depósito a un 95 por ciento de su capacidad, aproximadamente.

Es un dato no muy alejado de los teóricos 1.375 km que podría recorrer si tenemos en cuenta su consumo homologado de 4,8 l/100 km y los 66 litros de su depósito de combustible. El modelo de la competencia, con la batería al 99 por ciento, indicaba una autonomía de menos de 300 kilómetros, cuando en teoría debería poder recorrer cerca de 600 km.

No es más que una anécdota, aunque también sirve para darnos cuenta de lo lejos que está la propulsión eléctrica de proporcionar algo medianamente cercano a lo que nos siguen deparando los demonizados motores diésel. El hecho de que haya que hacer al menos tres recargas para realizar un recorrido tipo Madrid-Barcelona-Madrid, tampoco debe de ser demasiado bueno para el medio ambiente, ¿verdad?

Me he visto en la necesidad de hacer este alegato porque realmente es dramático que puedan desaparecer coches como el Mercedes E 220 d. Posiblemente se trate de la mejor opción para realizar viajes de larga distancia, no sólo por consumo (donde aventaja por mucho a un SUV equivalente), sino también por la calidad de rodadura y comodidad que ofrece. Eso sí, siempre y cuando se puedan abonar los 63.500 euros que cuesta. También a modo anecdótico, la unidad de pruebas que ves en las fotos llevaba, aproximadamente, unos 34.000 euros en opciones.

El Mercedes E 220 d es la mejor compañía para largas distancias

Permitidme que siga unas líneas más con el asunto del consumo, porque realmente es casi ciencia ficción que un vehículo que ronda las dos toneladas (2.088 kilogramos de masa real, según su ficha técnica) pueda gastar tan poco. En la medición en carretera, buscando gastar lo menos posible, llegamos a lograr 4,1 litros cada 100 kilómetros, que en autopista ascendieron a 4,9 litros. ¡De locos! Hablamos, eso sí, de mediciones con el modo Eco activado, poco tráfico y en terreno mayoritariamente llano.

Cuando aparecen las pendientes, las dos toneladas pasan factura, igual que sucede en ciudad; en este terreno el gasto se ha ‘disparado’ hasta los 7,5 litros cada 100 kilómetros. Si circulamos en modo Comfort y nos despreocupamos de gastar poco, el consumo tampoco subirá de 6 o 6,5 litros; de hecho, lo normal es estar ligeramente por debajo.

Detrás de esto no hay ningún truco, únicamente muchos años y mucho dinero invertido en una tecnología que, desgraciadamente, está condenada a desaparecer. El trabajo en el túnel de viento también tiene que ver, pues desde el punto de vista aerodinámico el Clase E es ejemplar. La microhibridación también pone su granito de arena más allá de otorgar la etiqueta ECO; de hecho, en maniobras a muy baja velocidad el diésel llega a apagarse y es el motor eléctrico de 23 CV el que mueve el coche.

Además de todo, el E 220 d no es un coche lento; de hecho, su cuidada aerodinámica le permite alcanzar los 238 km/h, una cifra muy alta para su potencia (197 CV). No vas a obtener con aceleraciones fulgurantes, aunque va sobrado para adelantar a vehículos lentos en carreteras nacionales. En este sentido, lo menos bueno es que al superar las 2.500-3.000 rpm el ruido del motor se deja notar de manera evidente. Eso sí, a velocidad sostenida pasa totalmente desapercibido, e incluso al ralentí y a baja velocidad se escucha menos que en anteriores generaciones.

Conviene señalar, y con esto abrimos el capítulo de las opciones, que la unidad de pruebas de nuestro Mercedes E estaba equipada con ventanillas insonorizantes, incluidas en el Paquete de Confort Acústico, a su vez integrado en la línea AMG Line Premium, cuyo coste parte de 12.512 euros. Obviamente se incluyen muchas más cosas, como la apertura de puertas manos libres, el sistema de sonido surround Burmester 3D o las luces de carretera automáticas, entre otros, además de todo lo que incluyen los paquetes AMG Line Advanced y AMG Line Advanced Plus: sistema MBUX Navegación Premium con realidad aumentada, respaldos traseros abatibles, cámaras 360 grados… En definitiva, un dinero bien invertido.

Eso sí, si optas por un Clase E, sea con el motor que sea, no te olvides del Paquete Tecnológico, pues bajo esta escueta denominación se ocultan la suspensión neumática Airmatic y la dirección en el eje trasero. El primero aporta la posibilidad de elegir entre un tarado de suspensión enfocado a lograr el máximo confort (para nuestro gusto, demasiado blando) y una opción algo más firme, aunque para nada incómoda. Y la dirección al eje trasero se nota una barbaridad –en positivo– sobre todo a la hora de maniobrar en espacios angostos. Son 3.860 euros los que hay que invertir en ello, pero que son realmente imprescindibles, sin lugar a dudas.

En definitiva, si te decantas por este E 220 d, prepara al menos unos 16.000 euros para invertir en opciones, pues de lo contrario te arrepentirás en un futuro. Porque la satisfacción de recorrer más de 1.000 kilómetros sin tener que visitar la gasolinera la tendrás de serie, y eso sí que no tiene precio.

En comparación con…

El segmento de las berlinas de lujo se ha visto reducido con la desaparición de modelos como el Jaguar XF; de hecho, además de estas cuatro alternativas al E 220 d, sólo faltaría el DS 9, que únicamente está disponible con versiones híbridas enchufables, y el Maserati Ghibli, muy por encima en precio. El gran rival del Clase E es el recientemente renovado BMW Serie 5, sin perder de vista al Audi A6. Este último está por detrás en tecnología, dada su mayor veteranía, aunque sigue siendo una apuesta segura. En cuanto al 520 d, es mejor alternativa para quien valore una conducción dinámica, pues en el resto de aspectos (consumo, espacio, equipamiento…) prácticamente empata con el Mercedes.

Fuera del trio alemán están el Lexus ES 300h, un híbrido eficiente aunque con unas prestaciones inferiores pese a sus 218 CV de potencia, y el Volvo S90, cuya opción diésel también consta de un bloque 2.0 de cuatro cilindros unido a la microhibridación (235 CV); eso sí, solo se ofrece con tracción a las cuatro ruedas.

LA CLAVE

Este E 220 d es una especie en extinción; basta con ver cuántos sedanes de cuatro puertas con motor diésel quedan a la venta. Y me parece una injusticia, pues la combinación de elegancia y economía de uso es absolutamente inigualable. Ojalá se mantenga muchos años.

Galería de imágenes del Mercedes E 220 d