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Probamos los Skoda Octavia híbridos enchufables

Vamos a pensar en un escenario exigente para probar un coche y luego multipliquemos las complicaciones por dos, o por tres… Porque te cita Skoda para que puedas ponerte al volante de los nuevos Octavia iV y el recibimiento en el mismo garaje, a pie de coche, es un enfermero que te realiza un test de antígenos antes de acceder al vehículo. Hasta ahí, nada que no haya sucedido en los últimos meses en esta odiosa nueva normalidad cada vez que asistimos a un evento. Pero es que unos metros más arriba del aparcamiento subterráneo de Madrid donde nos esperan los Octavia híbridos enchufables, las calles siguen cubiertas de un resbaladizo manto blanco que obliga a los peatones a caminar como pingüinos, y de verdadera montañas de hielo que han trazado una especie de circuito automovilístico plagado de chicanes, incluso en las avenidas principales de la capital. Y para redondear el panorama, la ciudad vive un escenario de restricciones a la circulación motivado por los altos niveles de contaminación provocados, básicamente, por las calefacciones, que operan a toda mecha desde hace dos semanas para calentar a los madrileños en medio de una de ola de frio histórica.

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Berlina o familiar

Coronavirus, hielo, medidas contra la contaminación… Para lo de la pandemia, que sepamos, la firma checa no tiene solución, e incluso diríamos que para el hielo tampoco en este caso, pues los Octavia iV (iV es la denominación de Skoda para sus modelos enchufables, sean Plug-in Hybrid como estos o cien por cien eléctricos como el Enyaq que llega en marzo) no disponen de tracción a las cuatro ruedas, pues envían toda la fuerza de sus dos motores a las ruedas delanteras; pero para lo de la alta contaminación sí, pues se trata de versiones con etiqueta 0 capaces de circular largas distancias en modo cien por cien eléctrico. En concreto, los Octavia iV homologan en ciclo mixto WLTP entre 62 y 69 kilómetros libres de emisiones, y esos ya son valores de cierta importancia, que superan en muchos casos el recorrido diario de un conductor por la urbe y su entorno. En concreto, el Octavia iV menos potente, con 204 CV totales y disponible con los acabados Ambition y Style, homologa 69 kilómetros con la carrocería berlina y 66 con la Combi, mientras que la alternativa deportiva RS de 245 CV anuncia 64 kilómetros de alcance eléctrico con la carrocería berlina y 62 si se trata de la carrocería familiar Combi.

Digamos, además, que es la primera vez que hay un Octavia híbrido enchufable, y que estas versiones convivirán con una variedad de mecánicas de lo más extensa, pues el modelo checo cuenta también con opciones de gasolina y diésel con etiqueta C, y con otras beneficiadas por la etiqueta ECO, equipadas con los motores e-TEC de gasolina de 110 y 150 CV (tienen hibridación suave) y con el G-TEC de 130 CV, cuyo motor 1.5 TGI puede funcinar indistintamente con gasolina o gas natural, aunque recurre a ese último combustible mientras haya en los tanques.

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Desde 31.600 euros

En cuanto a estos Octavia iV que ahora hemos podido probar, decir que sus precios oficiales arrancan en los 36.420 euros de la versión Ambition de 204 CV con carrocería berlina (700 euros más si preferimos la variante Combi), aunque incluyendo las campañas actuales esa factura básica se queda en 34.000 euros, y en 31.600 si financiamos el vehículo. No obstante, Skoda aclara que con las posibles ayudas de la Administración ligadas a Plan MOVES o Plan Renove, el precio se quedaría bien por debajo de los 30.000 euros. Y si el nivel de equipamiento Ambition no nos satisface, por 1.500 euros más disfrutaremos del nivel Style, que añade, entre otros elementos, faros Full LED Matrix, faros antiniebla LED, acceso y arranque sin llave Keyssy Full o ayuda al estacionamiento Park Assistant. Y si aunque queremos más (no solo más equipamiento, sino también 41 CV extra), el nivel RS nos da por otros 2.600 euros más elementos como las llantas de 18 pulgadas, asientos deportivos y una imagen personalizada con paragolpes delanteros RS y alerón posterior RS; además de detalles ligados a la promoción comercial inicial, como Side Assist, amortiguación regulable DCC y, en el caso del Combi, barras longitudinales de techo en negro brillante.

Pero, todo hay que decirlo, no hay grandes diferencias estéticas entre un Octavia normal y un Octavia iV comparable, salvo la trampilla de la aleta delantera izquierda para la recarga eléctrica o el logo iV en el portón; más la personalización que podamos encontrar, ya en el interior, en la instrumentación o en las funciones híbridas o eléctrica específicas controlables desde la pantalla central táctil. Porque las diferencias de verdad radican en la mecánica y en el funcionamiento; si bien ya conocíamos de antemano lo que nos aguardaba porque estos Octavia iV recurren a soluciones técnicas ya vistas en otros modelos del grupo Volkswagen, como los Volkswagen Golf GTE y Passat GTE, el Seat León eHybrid, el Cupra León eHybrid, los nuevos Audi A3 en versión TFSIe o, ya dentro de la propia familia Skoda, los Superb iV.

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204 o 245 caballos a nuestra disposición

¿Y de qué mecánica estamos hablando exactamente? Pues de una que combina en todos los casos un motor de gasolina turboalimentado 1.4 TSI de 150 CV, un cambio automático DSG de 6 marchas adaptado al funcionamiento híbrido, una batería de iones de litio de 13 kWh (que podemos recargar a un máximo de 3,6 kW, lo que supone un mínimo de 2 horas y 35 minutos) y un motor eléctrico de 85 kW (115 CV); aunque la variante de 204 CV y la de 245 cuentan con una programación específica que, en cada caso, autoriza puntualmente que se alcancen sus respectivos valores máximo de potencia: acelerando al máximo, el de Octavia iV de 204 CV puede rendir esa energía combinada durante 15 segundos, mientras que el Octavia iV RS de 245 puede entregar ese valor durante un máximo continuado de 8 segundos. Así las cosas, ambos anuncian prestaciones estupendas, con 220 km/h de velocidad punta y 7,8 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h en el caso de la versión menos enérgica, y 225 km/h o 7,3 segundos si se trata del RS, que en su modo de conducción Sport se adorna con un sonido interior mucho más deportivo, como de escape gordo.

Y es que los nuevos Octavia permiten escoger entre varios programas, al margen del citado Sport, como Normal, Confort, Eco y uno llamado Individual que permite ajustar varios elementos a nuestros gustos. Por ejemplo, en el RS podríamos seleccionar dirección y respuesta del motor en configuración Sport, pero con sonido de motor Normal. Pero con las mecánicas iV de nuestros protagonistas también es posible escoger durante la marcha entre el programa E-Mode, de conducción totalmente eléctrica con un máximo de 140 km/h sin humos, y el Hybrid-Auto, en el que la mecánica va decidiendo en cada caso qué motor o motores emplear, y cuánta energía tomar de la batería para optimizar las prestaciones o incrementar la eficiencia; aunque el conductor puede optar en este último caso por ajustar el porcentaje de batería que desea guardar, por ejemplo de cara a un uso urbano posterior. Así, si circulamos en modo Hybrid y hemos seleccionado el 70 por ciento de la batería, el coche irá usando el motor eléctrico o el de gasolina o ambos mientras el nivel de batería esté entre el 70 y el 100 por cien, pero cuando baja a ese 70 por ciento seleccionado, la mecánica ya se ocupa de que no disminuya más, ajustando la combinación de los dos motores y de la batería de un modo distinto. Además, los Octavia iV cuentan con un freno regenerativo con tres niveles de actuación, pues en condiciones normales el modo D del cambio va ligado a una retención media cuando dejamos de acelerar, pero en función del uso y las condiciones, la recuperación puede pasar a ser más alta (notamos más retención al decelerar) o más baja (notamos que el coche rueda libre, como por inercia, cuando no aceleramos).

Nos montamos en el de 204 CV

Esa es la teoría, pero ahora teníamos la oportunidad de probarlo en la práctica, y comenzamos nuestro test por Madrid al volante del Octavia iV de 204 CV, en este caso con carrocería berlina (maletero de 450 litros, 150 menos que en el resto de la gama). Madrid está nevado y partimos del centro, donde alternamos vías limitadas a 30 y 50 km/h donde el motor de gasolina continúa tan apagado como cuando nos esperaba estacionado en el subterráneo. Circulamos en modo Normal y con el programa Hybrid, pero el motor eléctrico es suficiente para movernos por la ciudad en completo silencio y sin humos. Perfecto para un escenario de alta contaminación donde toda ayuda a la atmósfera es bienvenida. Enfilamos hacia la M-30, limitada ese día a 70 km/h, y todo sigue igual, con el ordenador marcando un 0,0 l/100 km que alegra la vista (en los Octavia iV el depósito se ha reducido a 40 litros). Además, la instrumentación (digital y configurable de verdad, pues incluso permite trasladar el mapa de navegación al cuadro frente al conductor) nos informa también del consumo de electricidad, algo que no siempre sucede en los híbridos enchufables.

Decidimos abandonar un entorno tan urbano buscando autovías sin un límite tan estricto o carreteras de curvas, y cuando llegamos a ese nuevo escenario observamos que el motor de gasolina sigue apagado, ya que el eléctrico se basta y se sobra para acometer las aceleraciones que demandamos o para mantener cruceros de 120-125 km/h. Hemos pasado de una conducción relajada por las calles madrileñas a un uso más intenso por los alrededores, de manera que no esperamos acercarnos mucho a los 60 kilómetros homologados de autonomía eléctrica, pero los 45 medidos hasta que el motor de gasolina cobra vida nos parecen más que razonables.Y podrían haber sido algunos más, porque la batería aún guardaba un 15 por ciento de su capacidad cuando una incorporación a la autovía no llevó a acelerar con tanta fuerza que el motor eléctrico pidió ayuda al 1.4 TSI. Es ahí donde vemos que las prestaciones anunciadas son de verdad, porque los 204 CV están ahí para hacer del Octavia iV normal un coche bastante rápido.

Turno para el RS de 245 CV

La segunda parte de la jornada gira en torno al Octavia iV RS, y en ese caso elegimos la carrocería Combi (490 litros de capacidad de maletero con sus cinco plazas en uso, frente a los 640 litros de un Octavia Combi normal). Es acomodarte y ya ves que se trata de un modelo especial, con asientos de más sujeción y tapizados con más mimo, acabados específicos en salpicadero y puertas, un volante exclusivo… Pero el funcionamiento básico es idéntico en lo relatico a programas de conducción o modos de funcionamiento eléctrico o híbrido, con la diferencia de esos 41 CV extra ( y también 400 Nm de par máximo, frente a los 350 Nm de la versión de 204 CV) o el ya citado sonido deportivo cuando circulamos en modo Sport. Que, todo hay que decirlo, es el que usamos desde el inicio. En esas condiciones, el Octavia iV RS se descubre como un coche dinámico de verdad, tanto por lo que empuja como por lo que notamos al volante o lo bien que va.A los nuevos Octavia les achacamos en su momento una suspensión que pecaba de blanda (la firma checa prioriza el confort sobre la deportividad pura), pero el RS se beneficia de ajustes específicos en el chasis que le sientan bien.

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No obstante, también usamos la versión RS de manera exclusivamente eléctrica, y en ese caso la percepción general es idéntica a la vivida con la variante de 204 CV, porque cuando todo depende de la parte eléctrica, motor y batería son iguales, y las reacciones también son idénticas. Y tiene su aquel lo de moverse por la ciudad con un coche apariencia tan deportiva, pero gastando lo mínimo (el Octavia iV RS Combi homologa 1,5 l/100 km de media NEDC y 1,2 de media WLTP). Al respecto, nadie debe esperar emular esos valores, pues ya se sabe que la media real en un híbrido enchufable depende del tipo de uso o del kilometraje que hagamos con carga en la batería, de manera que fluctuará entre 0 litros cada 100 kilómetros si logramos circular siempre en modo eléctrico o unos 6 o 7 l/100 km si viajamos por carretera con la batería ya descargada. Batería que, por cierto, podremos recargar más fácilmente gracias a la decisión de Skoda de incluir de serie los dos tipos de cable principales, algo que no todos los fabricante hacen y que nos parece la mejor solución.