En un año que se presenta eminentemente electoral, parece que el actual gobierno tiene claro no implantar medidas al respecto del pago, por usar las autovías y autopistas que hasta hoy siguen siendo gratuitas, a excepción de las comunidades autónomas que ya han implantado sistemas en algunos tramos de la red viaria, que las atraviesan y son de su titularidad.
La previsión es ir acondicionando el programa de planificación de cobros según actúen las comunidades autónomas, y de forma progresiva alcanzar un sistema consensuado políticamente y sin perjuicio de los bolsillos de los usuarios, al menos durante la fuerte inflación que la economía esta sufriendo.
Son las declaraciones de Isabel Pardo de Vera, secretaria de estado para el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana: » Hay que tomar este proyecto y su aplicación desde el mas estricto aspecto progresivo y en función de las aportaciones que hagan las distintas CCAA».
Una medida controvertida y polémica socialmente
Sabiendo que la población rechazará de manera instintiva el nuevo plan de peajes, el Gobierno ha asegurado que los precios del uso de autovías serán completamente asequibles, y en ocasiones se ha referido a estos precios como ‘’simbólicos’’. Sin embargo, todavía no se ha puesto por escrito un precio orientativo, aunque todo apunta a que sea unas diez veces inferior al precio actual de las autopistas de peaje.
En teoría, este precio ‘’simbólico’’ tiene el objetivo de repercutir para bien en el déficit actual de conservación y mantenimiento de las carreteras.
En 2018, SEOPAN, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras, ya propuso al Gobierno establecer un precio de 3 céntimos/kilómetro para vehículos ligeros, y de 14 céntimos para vehículos pesados. Otras estimaciones del sector de infraestructuras automovilísticas hablan de 3 a 5 céntimos por kilómetro, y el Gobierno ha llegado a sondear incluso un precio de 1 céntimo/Km.
