La duda que invade a todo conductor cuando adquiere un coche, tiene que ver con la fiabilidad y las posibles averías. Como supone una inversión, nos preocupa este aspecto por lo que una avería inesperada pueda afectar a nuestra economía. Si bien es cierto que los fabricantes invierten gran parte de sus presupuestos en garantizar la perfección mecánica, también lo es que se han dado casos de averías sistémicas por defectos de fabricación, que por otro lado siempre se resuelven.
El mal uso de los frenos
Los frenos, es otro de los componente sobre los que los malos hábitos pueden causar estragos antes de tiempo. Un abuso de frenos en descensos o incluso en curvas que no necesitan mas que una reducción de velocidad anticipada, pueden ocasionar una avería típica por sobresfuerzo, y que se traduce en vibraciones de la frenada que pueden llegar a transmitirse a las barras del sistema de dirección y a otros componentes. Aquí se pueden producir desajustes de sistemas colaterales y por descontado un anticipado desgaste de la pastillas y resto de componentes del sistema de frenos.
Todas estas reparaciones se pueden ir acumulando y trastornar el bolsillo del conductor mas solvente. Por ello preocúpate de conducir bien y respetar los cambios marcados desde tu libro de mantenimiento por el taller de confianza.
