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Conducimos el Maserati Ghibli S Q4. Pegado al suelo

No todos los días se tiene las fortuna de probar la gama S Q4 de Maserati al completo. Y menos aún hacerlo en condiciones extremas, con tramos de carretera de montaña helados y temperaturas bajo cero, que era el escenario que nos esperaba en los Alpes italianos.

Allí nos recibía la versión más potente del Ghibli asociada a la tracción total. El propulor 3.0 V6 turboalimentado, fabricado por Ferrari en Maranello, ha aumentado la potencia hasta los 430 caballos -20 más- y el par máximo hasta los 59,2 mkg -3,1 más que la versión anterior-. Con este impulso ha mejorado sus prestaciones. Y se mantiene la transmisión automática ZF de ocho relaciones.

La actualización también pasa por mejoras técnicas, como la incorporación de una nueva dirección asistida electrónica compatible, a su vez, con la llegada de nuevos asistentes en materia de seguridad y firmar un nivel de conducción autónoma de nivel 2. Así, el sistema de Control Integrado de Vehículos (IVC) y el nuevo paquete ADAS contemplan elementos como un asistente de autopista -que permite mantener la velocidad y trayectoria en el carril de modo automático-, un control del ángulo muerto, un sistema activo de reconocimiento de señales de tráfico o una alerta de cambio de carril con función de corrección de trayectoria. También estrena una eficaz iluminación adaptativa con faros full led.

Y ya metidos en faena, este modelo aprovechó para someterse a una ligera actualización estética e introduce dos llamativas líneas de acabado: GranLusso, de corte más elegante, y GranSport, de enfoque más deportivo.

Este último acabado, en la variante S Q4, fue la elegida para la toma de contacto. Y se agradece mucho contar con la tracción total cuando el firme está 'delicado'. En autopista circulamos con el modo Auto Normal, con la octava relación del cambio engranada y la tracción actuando sobre las ruedas traseras para que resulte todo más eficiente.

A más de 2.000 metros de altitud

Posteriormente afrontamos una carretera de montaña que nos llevará hasta superar los 2.000 metros de altitud. El frío y la nieve comienzan a ser compañeros de viaje. Nos atrevemos con el modo Sport Manual para cambiar con las generosas levas de fibra de carbono.

Su carácter cambia de inmediato. Todo resulta más rápido a nivel de motor, cambio y dirección, y el V6 sube de vueltas en un abrir y cerrar de ojos hasta el corte de inyección, que se produce a 6.700 rpm. Lo mejor es que la tracción total convierte al Ghibli en una verdadera lapa, lo que unido a su perfecto reparto de pesos (51/49) y al trabajo del diferencial trasero mecánico hace mucho más fácil gestionar los 430 CV.

Acercándonos al destino comienza a aparecer la nieve y el hielo. Activamos el modo ICE para suavizar su carácter, ya que cancela la función overboost de los dos turbos y la respuesta del acelerador. Con todo bajo control -y neumáticos de invierno, por supuesto-, llegamos al destino sin sufrir pese a las duras condiciones climatológicas, disfrutando al volante a pesar del elevado ritmo impuesto; una de las máximas de Maserati, por cierto.

Y todo esto en una atmósfera rodeada de lujo, exclusividad y un sofisticado equipamiento que también se 'refleja' en su precio.

Motor16

Gama S Q4. Esquí de fondo con el Levante y el Quattroporte

El sistema de tracción total Q4 Intelligent All-Wheel Drive es el mismo en los tres modelos Maserati que lo montan: Ghibli, Quattroporte y Levante. En condiciones normales proporciona el cien por cien del par a las ruedas traseras. Si las condiciones de adherencia se complican, un embrague multidisco electrónico es capaz de enviar hasta un 50 por ciento de la motricidad al eje delantero, y en sólo 150 milisegundos, con el fin de estabilizar el conjunto.

Tuvimos ocasión de probar en un circuito de nieve y hielo su trabajo al volante del Levante S Q4 con 430 CV, y equipado con neumáticos de clavos. Sorprende comprobar la eficacia del sistema y la gestión que hace de la tracción para salir airoso pese a su corpulencia y peso: 2.109 kilos.

El Quattroporte, modelo que comparte plataforma con el Ghibli pero firmando 5,26 metros de longitud y 50 kilos más de peso, introduce las mismas mejoras tecnológicas y de acabados que su hermano pequeño.