De los siete modelos que la compañía británica Land Rover tiene en su gama de vehículos, seis de ellos ya ofrecen al menos una versión equipada con una mecánica híbrida enchufable, que la firma británica considera como la antesala al eléctrico puro, cosa que ocurrirá el año que viene cuando se lance la versión eléctrica del sensacional Range Rover.
Pero esta importante apuesta por la tecnología híbrida enchufable por parte de la compañía británica se puede convertir en un arma de doble filo para Land Rover. Cierto es que ofrecen un impresionante potencial a la hora de hablar de eficiencia, siempre y cuando su propietario se involucre y conciencie para exprimir el potencial que dicha tecnología ofrece. Pero también es un secreto a voces que desde Europa piden su erradicación… por una mala práctica que jamás correrá por cuenta del dueño de un Land Rover.
Land Rover apuesta fuerte por los híbridos enchufables
Europa es bastante crítica con la tecnología híbrida enchufable, porque diferentes estudios han llegado a confirmar que el propietario de un vehículo con este tipo de mecánica jamás llega a cargar las baterías, de manera que no exprime el lado eficiente que esconden al poder circular en modo eléctrico. Ese detalle, unido al mayor peso de este tipo de vehículo o a que se recurre a un motor de combustión de potencia más ajustada para moverlos, hace que el consumo real se dispare en comparación con el que homologan las marcas. Y la británica no es ninguna excepción.
De ahí que hace unos días y coincidiendo con la presentación del actualizado Range Rover Sport, se lanzara la pregunta de cuál era la posición de Land Rover respecto a la opinión de Europa de limitar el uso de la tecnología híbrida enchufable. Y la respuesta fue concisa. Sobre todo porque el cliente de un Land Rover está prácticamente obligado a tener que aprovechar la faceta eléctrica de su vehículo.
Land Rover tiene PHEV con más de 120 km de autonomía eléctrica
Obligado desde el punto de que no cargar las baterías de su Land Rover con mecánica híbrida enchufable hace que el vehículo no pueda ofrecer todo el potencial que encierra en su interior. Recordemos que en el caso de los Range Rover hablamos de dejarnos por el camino los 160 kW de potencia (218 CV) que ofrece su motor eléctrico. Pieza clave para poder gozar de sus máximas prestaciones en carretera. Pero es que en el lado contrario tenemos un Evoque, en el que ‘perdemos’ 80 kW de potencia (109 CV) de no aprovechar su lado eléctrico.
Más allá de las prestaciones puras y duras, no cargar las baterías de un Land Rover con mecánica híbrida enchufable significa elevar de forma drástica el consumo real del vehículo. Para que te hagas una idea, los Range Rover y Range Rover Sport esconden una batería de iones de litio que tiene 38,2 kWh de capacidad (31,8 kWh útiles), la cual se traduce en una autonomía en modo eléctrico que puede superar la barrera de los 120 kilómetros. Y eso es más que suficiente para cubrir en modo ‘0 emisiones’ nuestros desplazamientos diarios, demandando la energía de su mecánica de combustión sólo en caso de tener que realizar un largo viaje por carretera.
Si no cargas la batería de tu Land Rover pierdes la garantía
Por si todo esto no fuera suficiente, Land Rover también se encarga de formar a los propietarios de uno de sus vehículos con mecánica híbrida enchufable. Y en esa formación dejan claros otros hándicap que tiene no cargar las baterías de su vehículo. Hándicap como el que algunos componentes electrónicos e incluso el sistema de climatización del coche dejen de funcionar. Y es que estos se alimentan de la energía almacenada en su batería de iones de litio. Pero para más inri, todo dueño de un Land Rover con mecánica híbrida enchufable debe saber que no cargar esta batería en un año también implica perder la garantía del vehículo. Y eso ya es una razón de peso para buscar el lado eficiente a estos impresionantes vehículos rebosantes de tecnología.
