La nochevieja se presenta movidita después de dos años en que las restricciones por la fatídica pandemia, nos pusiera argollas en los pies y bozales en las bocas. Son fechas mas que señaladas, la celebración de el nacimiento de un nuevo año, siempre resulta atractiva, relajante, y en otras ocasiones estresante. Nos referimos al momento de desplazarnos hasta el lugar de la fiesta, y el momento de regresar.
Las ideas claras antes de empezar la Nochevieja
Somos muchos los que a sabiendas de las consecuencias de una gran fiesta, nos vamos a encontrar con dos escenarios fijos: Cuando acudimos, el problema del estacionamiento cerca del lugar, y cuando todo termina, el exceso de alcohol. Llegados aquí, y con las ideas claras, la solución pasa por depender de los conductores abstemios o de los servicios publico/privados de transporte, para realizar los diferentes traslados.
Pero cuidado, son Navidades y Nochevieja para todo el mundo, y los horarios se pueden ver alterados en frecuencia y cantidad de servicio en oferta.
Ante la situación de posible «overbooking» o saturación en los servicios públicos colectivos, siempre se opta por los taxis o los VTC, que por otra parte, aun siendo mas independientes no dejan de sufrir los avatares de las fechas, que pueden provocar alteraciones en horarios y tarifas.
