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Renault Talisman Intens dCi EDC. Pone alto el listón

Muy cerca por dimensiones de las grandes berlinas premium que superan fácilmente los 4,9 metros de largo, y muy lejos de los hermanos pequeños de éstas, que rondan los 4,6 metros; siempre me ha llamado la atención el gran tamaño que los fabricantes han querido atribuir a las berlinas medias del segmento generalista, más cercano por longitud a las primeras cuando sus verdaderos rivales serían las segundas. Berlinas de marca 'no premium' como Opel Insignia, Volkswagen Passat, Ford Mondeo o Skoda Superb que siempre han contado en su generosa longitud -unos 4,8 metros de media- con un aliado para hacer frente a los más compactos Audi A4, BMW Serie 3 o Mercedes Clase C, y compensar con su mayor porte la gran imagen de prestigio que significa pertenecer al club de las mejores marcas alemanas. En este sentido, el Talisman de Renault ha entrado por la puerta grande con una elegancia, un tamaño, un diseño y una planta que para sí quisieran muchos rivales.

Y es que la nueva berlina francesa crece 16 centímetros respecto al Laguna, pierde el portón trasero -sustituido por una tapa tradicional- y gana 158 litros de maletero hasta los 608 homologados, una 'cueva' de 120 centímetros de fondo en la que cuesta bastante llegar al final. De esos 608 litros, suficientes para albergar por ejemplo cuatro bolsas de golf, 93 litros corresponden al hueco disponible bajo el piso del maletero, aunque si se compra la rueda de repuesto de emergencia opcional, el volumen útil se reduciría a 515 litros. Yo, en cualquier caso, recomiendo esa opción. Pero este no es el único volumen disponible, pues a nivel de almacenamiento el Talisman hereda la filosofía de los vehículos monovolumen, pues suma 25 litros de compartimentos en el habitáculo.

Un interior sofisticado

Un habitáculo útil y acogedor, que es la primera impresión que nos llevamos al acceder al Talisman. Incluso en esta versión de acabado Intense, más básica en equipamiento y cuya pantalla central táctil mide 7 pulgadas en horizontal -no son las 8,7 pulgadas en vertical del acabado Zen-, se respira una atmósfera de sofisticación inesperada que va situando al Talisman en una órbita diferente, y un escalón por encima de muchos de sus rivales, que ahora esperan desesperados una actualización. Pero lo que de verdad impone es la tarea que el comprador tendrá por delante para aprenderse todos y cada uno de los controles, mandos, funciones y variables de personalización del R-Link 2, un sistema idéntico al que la marca ofrece en los nuevos Espace y Mégane.

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Porque entre otras muchas posibilidades se puede subir o bajar a placer el volumen del sonido de los intermitentes, elegir entre los cinco colores disponibles de luz ambiental, modificar el sonido artificial del motor que emite el equipo de infoentretenimiento, configurar el diseño de los relojes del cuadro, seleccionar uno de los cinco modos de conducción, elegir el tipo de masaje que te está dando el asiento o competir en una especie de desafío -con el apoyo del ordenador- para reducir al máximo el consumo en el modo Eco. Una entretenida tarea que muchos propietarios cogerán con ganas, no sólo para conocer mejor su automóvil sino también para presumir ante familiares y amigos de 'coche fantástico'.

El Talisman no ofrece la calidad de acabado de una berlina premium, pero se acerca bastante. Y se acerca en detalles tan insignificantes, pero a su vez tan decisivos, como el sonido de las puertas al cerrar, que transmite calidad y solidez; en el fondo forrado de moqueta de las guanteras de las puertas, o en el agradable tacto de los interruptores. Sin embargo, no nos ha gustado que la parte superior del maletero vaya sin forrar y con alguna zona demasiado intrusiva, que al abatir los respaldos traseros quede un pequeño escalón respecto al piso del maletero y no una superficie plana, o que los reposacabezas traseros de los extremos no se puedan camuflar en el respaldo, como sí lo hace el central.

Un motor contrastado, un cambio muy agradable

El motor 1.6 dCi de 130 CV es uno de los propulsores más usados y eficientes de la Alianza Nissan-Renault, pues se monta con éxito en modelos tan dispares como Qashqai, X-Trail, Espace, Mégane o Scénic. Y en el Talisman vuelve a brillar con luz propia ayudado por el reducido peso total del coche y las acertadísimas relaciones del cambio automático de doble embrague, de funcionamiento eficaz porque trabaja con gran rapidez y proporciona al Talisman un tacto deportivo, eclipsado sólo por carecer de levas en el volante. Con 6 marchas, el cambio EDC de Renault se desenvuelve con solvencia en carretera o autopista, y dependiendo del modo de conducción elige la marcha más adecuada, destacando su trabajo en el modo Sport del sistema Multi-Sense de serie.

Y es que cuando el conductor selecciona este programa de entre los cinco disponibles, el Talisman pasa de ser una eficaz pero 'inofensiva' berlina -que en modo Eco puede reducir su consumo hasta el entorno de los 5 litros cada 100 kilómetros– a convertirse en un coche con carácter, que adopta un tacto de dirección más firme, un cambio que mantiene durante más tiempo una marcha inferior y un acelerador con mucha más sensibilidad y recorrido efectivo más corto.

Entonces, los 130 CV parecen más, el gasto aumenta pero poco, la respuesta a la presión sobre el acelerador es más inmediata, el tacto es más deportivo y el cambio EDC demuestra la rapidez de un sistema de doble embrague; y también es cuando se pone a prueba la eficacia de un chasis que el caso que nos ocupa está desprovisto de ayudas y sistemas como el 4Control de dirección a las cuatro ruedas. Pero la plataforma CMF, común al nuevo Espace, está tan bien resuelta que el coche se defiende de maravilla incluso sin el apoyo de la sofisticada tecnología desarrollada por Renault. Es verdad que no traza las curvas cerradas ni maniobra a baja velocidad con la tremenda facilidad con que lo hace un Talisman con 4Control. Y también es cierto que cuando el asfalto se deteriora la suspensión no se puede regular para incrementar la comodidad. Pero el compromiso logrado en nuestra unidad con la medida de neumáticos de serie es muy correcto, porque es agradable y fácil de conducir pese a su gran tamaño.

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Un consumo muy ajustado

El Talisman dCi 130 EDC es una de las berlinas que menos gastan, pero llama la atención que tenga un depósito de combustible 18 litros más pequeño que un Opel Insignia, lo que reduce la autonomía, aunque esta pueda llegar fácilmente en el Renault a los 1.000 kilómetros.

El equipamiento del acabado Intens incluye muchos elementos que hay que pagar aparte en otros modelos, como el Navegador 3D con pantalla táctil de 7 pulgadas, el acceso y arranque con tarjeta manos libres, el masaje del asiento del conductor, los diferentes modos de conducción, el climatizador bizona… Y por 1.250 euros más se pueden solicitar opciones bastante recomendables como la rueda de repuesto de emergencia, los faros Full LED o el paquete Visio System, que incluye alerta de cambio involuntario de carril, sistema de reconocimiento de señales o cambio automático de luces de carretera a cruce. Pero si se quiere tener lo último de verdad, y que nadie más en el segmento lo tenga, habrá que invertir algo más para inclinarse por el nivel Zen.

La Clave

El Renault Talisman tiene un aspecto imponente, de buen coche, respaldado por un interior confortable y una tecnología de última generación. Y responde punto por punto a las exigencias del cliente de este segmento, que busca una gran berlina sin tener que desembolsar el sobreprecio de un modelo premium. Es decir, que Renault, una vez que ha pasado la página del Laguna, ya tiene una berlina de peso capaz de plantar cara sin complejos a sus rivales. Hasta el punto de que a nivel de personalización o infoentretenimiento, el modelo francés se sitúa en los puestos de cabeza. E incluso se permite el lujo de ofrecer equipamientos como el 4Control, único en su categoría.