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Alfa Romeo 4C, un Ferrari a escala

Muchos alfistas y no pocos entusiastas del automóvil deportivo puro y tecnológicamente avanzado se frotan las manos y echan cuentas. A muchos ya les han cuadrado y han encargado un 4C, de hecho las 1.000 primeras unidades correspondientes a la edición limitada «Launch Edition» ya están vendidas repartidas por todo el mundo… a razón de 62.300 euros cada una. Otros prefieren esperar a verlo en los concesionarios y lo cierto es que no van a sentirse defraudados porque el coche impresiona sobre el asfalto más de lo que te esperas al verlo en fotos o bajo los focos de un salón del automóvil. Este vídeo muestra su proceso de creación.

Por detrás es un Ferrari en pequeño, por delante las tres grandes tomas de aire imponen y aportan personalidad, y los faros, cuyo diseño sigue sin convencernos del todo, hay que reconocer que tienen su gracia, sobre todo cuando van rematados en fibra de carbono y cuando lucen de noche en todo su esplendor y esos diez puntos de luz se acercan a la velocidad del rayo. Por lo demás, cuatro metros de coche no pueden concentrar y transmitir más deportividad, dinamismo y emoción. Un aperitivo de lo que le espera al conductor al volante de una máquina que transmite sensaciones trepidantes desde el primer metro recorrido.

Sería un error comparar el Alfa 4C con alguno de los deportivos que sobre el papel podrían rivalizar con el modelo italiano construido en la factoría de Maserati. Es cierto que el 4C gasta menos, acelera mejor y es 21.000 euros más barato que por ejemplo un Porsche Cayman S más potente, pero ambos coupés biplaza van dirigidos a tipos de conductores bien diferenciados. Uno, el que se fije en el modelo alemán, buscará más confort y una utilización algo menos radical a diario.

Sin dirección asistida, para sentir cada kilómetro

El que se incline por el 4C prefiere sentir cada metro de asfalto y vivir más emociones a costa de prescindir de alguna comodidad. Por ejemplo el 4C no lleva dirección asistida. En marcha normalmente se agradece, porque se eliminan filtros entre las ruedas y el asfalto y se siente mejor la pisada. Pero las maniobras a coche parado, aun con unos neumáticos delanteros más pequeños que atrás, requieren una esfuerzo que pasó hace tiempo a la historia. El sistema de climatización es manual y la filosofía de producto quiere ser tan de auténtico deportivo (incluso pensando ya en un comprador que sólo quiera competir en circuito)  que se han dejado en opción sin cargo elementos como la radio con navegador, el aire acondicionado o los espejos eléctricos.

Y esto también tiene mucho que ver con la dieta de adelgazamiento. En Alfa han preferido reducir al máximo el peso para no tener que recurrir a un motor grande y potente. Y al propulsor 1.7 Turbo ya conocido lo han sometido a una profunda remodelación para conseguir un menor peso y una eficiencia mayor. 'Sólo' rinde 240 caballos pero combinado con el carácter que aporta un turbo, con un cambio de doble embrague rápido que deja apurar bastante la mecánica  y con un peso total similar al de un Smart, el resultado es fantástico por prestaciones y por experiencia de conducción.

Noble, eficaz y divertido

Exprimiendo el motor, el 4C exige concentración y algo de manos, más por lo pendiente que hay que estar del tren delantero que por el posible sobreviraje del trasero. Y es que en aceleración el eje más descargado ofrece una sensación de flotabilidad que eso sí, queda algo camuflada por la falta de asistencia. Y en situaciones normales pero con asfalto desigual el tren delantero zigzaguea constantemente y copia fielmente la superficie desigual del suelo. Incluso con el selector DNA en posición «Dynamic» el 4C no es un deportivo de tracción trasera que te ponga en apuros. En general muestra reacciones progresivas y es noble, divertido y muy eficaz, al menos dotado del kit deportivo que llevaban todas las unidades de prueba. Incluso con estos reglajes más firmes el coche no llega a ser incómodo.

El 4C es un alarde de tecnología en formato pequeño, un deportivo nacido de un sueño para disfrutar en carreteras de montaña o circuitos pero con el que hay que huir de las autopistas o de la ciudad.

En el 'Infierno Verde'

El Alfa 4C ha rodado en Nürburgring en un tiempo de 8 minutos, 4 segundos y queda situado en la posición 123 del ranking del circuito alemán de casi 21 kilómetros al que todos llaman el 'Infierno verde'. El 4C queda igualado con el Lamborghini Diablo GT que marcó ese tiempo en 1999, pero sólo hay dos modelos de la lista con igual o menor potencia que superan al deportivo italiano. Uno fue el Caterham R500 en 1999 y otro un Radical SR3 en 2002, dos modelos mucho más radicales que el 4C.