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Citroën C4 Cactus Puretech 110 CV. Madrileño por el mundo

De Madrid al cielo, reza un conocido lema de la capital española perfectamente aplicable a nuestro protagonista. Y es que el C4 Cactus se fabrica en la planta de Villaverde en exclusiva para todo el mundo. Y lo hace con un formato original, que mezcla rasgos de SUV urbano y se protege, como si fuera un armadillo, con sendas bandas laterales de 'airbump' de esos inevitables golpes -apertura de puertas, carritos…- que acechan en la gran ciudad.

Este vehículo se denomina C4, pero tiene más de C3 a nivel de chasis. Siempre nos ha sorprendido su condición de peso ligero -nuestra versión pesa 1.095 kilos con conductor-, aunque a costa de recortar en aspectos como unas ventanillas traseras de apertura de tipo compás o carecer de una cortina interior móvil en el techo panorámico para protegernos mejor del sol.

También el interior apuesta por algo diferente, muy minimalista, con sendas pantallas digitales en su puesta en escena -la del salpicadero es táctil-, que se combinan con detalles más modestos, como un volante que solo se regula en altura. Le gusta ofrecer de partida sólo lo estrictamente necesario y, a partir de ahí, ir aumentando dotación en función del acabado elegido. Por cierto, el Shine Edition aquí probado se sitúa en lo más alto.

Un motor sorprendente

PSA, grupo al que pertenece Citroën, siempre ha sido una referencia en diésel. Pero hay vida más allá, como el propulsor que nos ocupa, un bloque de tres cilindros y 1,2 litros que tiene inyección directa y turbo, y firma 110 caballos de potencia.

Lo primero que llama la atención es el sonido que 'mana' del motor. Su naturaleza tricilíndrica es evidente porque suena diferente, pero no resulta más ruidoso ni más desagradable que un diésel similar. Tampoco se producen más vibraciones. Y a cambio nos da mucho más margen de utilización, ya que responde con fuerza desde apenas 1.500 rpm y empuja por encima de las 5.000.

Las comparaciones son odiosas, pero si lo hacemos con el 1.6 BlueHDI de 100 caballos, nuestro protagonista le 'barre' literalmente en todas las prestaciones medidas de cara al cronómetro. Otra cosa es el consumo, aunque con una media de 6,0 litros resulta bastante atractivo. Aliados como el efectivo sistema Stop&Start ?por cierto, muy refinado en su funcionamiento? ayudan. El cambio es manual de cinco relaciones, con una palanca de amplios recorridos.

Dinámicamente, su punto fuerte es el confort de marcha, que se apoya en unos tarados de suspensión de corte 'amable'. A pesar de todo, sus reacciones son nobles y predecibles, y sólo sobre un firme irregular notaremos que el tren trasero se vuelve algo más nervioso.

La dotación de serie del acabado Shine Edition contempla climatizador, navegador, techo panorámico, sensor de aparcamiento trasero, kit manos libres con Bluetooth o el Citroën Connect Box, que integra llamada automática de emergencia con localización del vehículo.

La clave

Si nos gusta saltarnos el guión y ser diferentes, la originalidad del C4 Cactus nos cautivará. Simple y bien equipado a la vez, resulta confortable y el propulsor PureTech de 110 CV le sienta de maravilla. De hecho es la variante más prestacional de la gama… y sin disparar el consumo. La elegimos por encima del diésel.