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«Storie Alfa Romeo», episodio primero. Los orígenes de una leyenda

Alfa Romeo es, sin lugar a dudas, una de las marcas más importantes y con mayor tradición automovilística en Italia. De hecho, el próximo 24 de junio la firma del Biscione, como se le conoce en Italia, marcará otro hito importante: cumplirá 110 años de historia.

La historia de Alfa Romeo arrancó el 24 de junio de 1910 con la fundación de A.L.F.A (Anonima Lombarda Fabbrica Automobili), pero para adentrarnos todavía más en sus orígenes hay que remontarse unos años atrás, hasta un personaje francés con una excelente visión para los negocios.

Pierre Alexandre Darracq inició su carrera dirigiendo una fábrica de bicicletas en Burdeos, pero pronto se pasó al mundo de los coches, que tuvieron un gran éxito en Francia. Más tarde decidió exportarlos, abriendo sucursales en Londres y en Italia. Comenzó su actividad en Nápoles en abril de 1906, pero surgieron problemas ya que la ciudad del sur de Italia estaba muy lejos de Francia, por lo que trasladó su producción a Milán, al número 95 del distrito de Portello.

A estas dificultades logísticas se sumaron los problemas de mercado, ya que las ventas de coches en Italia no registraban buenos datos: tan solo había unos pocos miles de vehículos en las carreteras. Por si fuera poco, los clientes italianos buscaban otro tipo de coches: los de Darracq eran pequeños, ligeros y con poca potencia. Por todo ello, a finales de 1909, Darracq liquidó la empresa.

El caballero de Milán

Convencido del potencial de la fábrica de Portello, el cavalier Ugo Stella, director general de Darracq, tomó los mandos de la fábrica con la ayuda de financieros lombardos y la garantía del Banco Agrícola de Milán, contratando a toda la plantilla.

En otoño de 1909, Stella pidió a Guiseppe Merosi, un aparejador de Piacenza que había trabajado en varias empresas de coches, que creara dos vehículos completamente nuevos más potentes que los de Darracq (12 y 24 CV), que se ajustaran a los gustos de los italianos y con un chasis que permitiera el montaje de carrocerías de prestigio. Tras un duro trabajo, el 1 de enero de 1909 entrego los bocetos del primer automóvil.

El 24 HP

En este momento nació el 24 HP, un automóvil que contaba con un motor monobloque, 4 cilindros, 4 litros de cilindrada y 42 CV de potencia, con una sola transmisión de cardán en las ruedas traseras. Equipado con un robusto bastidor de largueros y travesaños en chapa prensada en C, permitió que carroceros como Castagna, Schieppati, Sala y Bollani desarrollaran versiones aerodinámicas y limusinas. El 24 HP entraba dentro de los modelos premium de la época, con un precio que rondaba los dos años de salario de un empleado.

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Capaz de alcanzar los 100 km/h y con unas grandes prestaciones, el primer A.L.F.A ya era un verdadero Alfa Romeo: elegante, deportivo y con tecnología de vanguardia. Tras este buen inicio, en 1911 Merosi desarrolló en 24 HP Corsa, una versión más ligera, más potente y más veloz. Con este coche, un año después de su fundación, A.L.F.A, entró en el mundo de las carreras, consiguiendo la primera victoria en la carrera Parma-Poggio di Berceto en 1913.

El 40/60 HP

Sin lugar a dudas, las carreras eran la mejor forma de darse a conocer. Por ello, en 1913 Merosi decidió producir un coche muy especial, el 40/60 HP. Con un diseño futurista, esta bestia era capaz de alcanzar los 139 km/h.

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Con la llegada de la Gran Guerra la situación cambió completamente y A.L.F.A tuvo que contribuir al esfuerzo bélico. El 2 de diciembre de 1915 la sociedad anónima llamada Ingeniero Nicola Romeo & Co se hizo cargo de las instalaciones de Portello para fabricar munición y motores de avión.

En este momento apareció Nicola Romeo, futuro senador del Reino de Italia y figura clave en la historia de Alfa Romeo. Durante la guerra compró empresas de maquinaria en Roma y Nápoles. Cambió el nombre de su empresa, que se convirtió en Sociedad Anónima Ingeniero Nicola Romeo & Co. y cuando la Banca Italiana di Sconto solicitó la liquidación de A.L.F.A, estaba preparado para comprarla.

Los primeros vehículos en llevar su nombre de la nueva marca fueron el 20-30 HP y su derivado el ES Sport, coches rápidos y con un gran temperamento.