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El otro motivo por el que el Gobierno quiere que reduzcas la velocidad a 100 km/h

La recomendación de reducir la velocidad genérica para circular en autovías no solo sería una medida eficaz para rebajar las emisiones contaminantes, tal como plantea el Gobierno, también lo es en el ámbito de la siniestralidad viaria. De hecho, la DGT acaba de hacer balance de la implantación –hace ahora un año– de la reducción de la velocidad a 30 km/h en ciudad en calles de un único carril y la conclusión es categórica: se han salvado vidas.

Según los datos de la DGT, en los ocho meses transcurridos en 2021 desde que se implantó la medida de reducción de velocidad, la siniestralidad vial en las ciudades ha descendido un 14 %, lo que supone 38 fallecidos menos.

Aunque las distracciones son la primera causa de muerte por accidentes de tráfico (están presentes en aproximadamente el 30% de los siniestros graves), la DGT tiene claro que la velocidad excesiva o inadecuada es uno de los factores de riesgo que más influyen en la accidentalidad y está presente en uno de cada cinco accidentes de tráfico con víctimas.

Decálogo de la Agencia Internacional de la Energía para reducir el consumo de petróleo.
Decálogo de la Agencia Internacional de la Energía para reducir el consumo de petróleo.

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Los errores de los conductores

Aunque hay muchos conductores que piensan que los vehículos actuales permitirían desplazarse con seguridad a velocidades mayores de las permitidas, la DGT explica que, cuando se reducen los límites la situación en el tráfico mejora y al incrementarse el número y la gravedad de accidentes crece.

Esto ocurre porque, aunque los vehículos han mejorado, los conductores cometemos más errores a medida que aumentamos la velocidad a la que circulamos. Según la DGT, la velocidad:

  1. Hace que sea más difícil evaluar correctamente las situaciones de tráfico, ya que reduce la cantidad y la calidad de la información que se percibe.
  2. Deja menos tiempo para la toma de decisiones, por lo que la respuesta será más precipitada y probablemente menos correcta.
  3. Hace más complicada la ejecución de determinadas maniobras o la rectificación de los errores.
  4. Aumenta el riesgo creado por otros factores tales como las distracciones, el alcohol, la fatiga, la somnolencia, etc.