La pandemia del coronavirus también ha cambiado las cosas en materia de siniestralidad. El confinamiento y las limitaciones de movilidad han hecho que 2020 concluya con la cifra de fallecidos más baja de la historia y es la primera vez que el número de víctimas mortales en vías interurbanas es menor de 1.000.
Durante el año 2020 se produjeron en carretera 797 accidentes en los que fallecieron 870 personas y otras 3.463 resultaron heridas graves, lo que supone un descenso de un 21% en el número de accidentes y fallecidos (-213 accidentes y -231 fallecidos) y un descenso del 22% en heridos graves (-970). Pese a todo, bajan menos los fallecidos que los desplazamientos, que se redujeron un 25%. Durante 2020 se produjeron 321 millones de desplazamientos de largo recorrido, es decir, 106 millones movimientos por carretera menos.
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, señaló durante la presentación del balance de siniestralidad que, pese al descenso en los fallecimientos, «son cifras inaceptables, porque todos sabemos que esas muertes y heridas graves son en su mayoría evitables y, por lo tanto, asumimos la obligación de evitarlas».
El mayor descenso, en abril y mayo
Desde marzo (incluido), las víctimas mortales en carretera descendieron todos los meses excepto en septiembre (+1%). Los máximos descensos se registraron en abril (-59%) y mayo (-50%), al igual que el mayor descenso de la movilidad ocurrió esos meses (-75%, y -60%, respectivamente).
Del total de víctimas mortales, 670 personas fallecieron en accidentes de tráfico ocurridos en vías convencionales, 127 menos que en 2019. Este tipo de vía sigue siendo la más peligrosa y donde mayor número de víctimas mortales se registran (77% del total de los fallecidos). Los fallecidos en autopistas y autovías suponen el 23% del total.
Por tipo de accidente, aumentaron las salidas de vía y el porcentaje de fallecidos en este tipo de siniestros pasó del 39% en 2019 al 44% en 2020. Durante el primer estado de alarma, el 61% de los fallecidos en accidentes mortales se produjeron en salidas de vía (frente al 40% del promedio de los últimos cinco años entre el 15 de marzo y el 20 de junio).
Por medio de desplazamiento, los usuarios vulnerables registraron el mayor descenso (-29%) y los motoristas han reducido su siniestralidad un 34%, con 189 fallecidos, 97 menos que en 2019. Solo hubo que lamentar una víctima mortal en autocar, lo que pone de manifiesto la seguridad de este transporte.
El 26% de los fallecidos en turismo y furgoneta no llevaban abrochado el cinturón de seguridad (125) frente al 22% en 2019, a pesar de que la mitad de ellos podría haberse salvado de haberlo utilizado.
