Algunos vehículos son de por sí deseados por todo el público. Y estos normalmente tienen precios totalmente disparatados a los que solo un puñado de privilegiados puede acceder. Además de que suelen ofrecerse en cortas series, por norma general agotadas antes de que el resto de mortales podamos incluso verlos en foto. Solo tienes que pensar en criaturas como el Ferrari Enzo, el Porsche 918 Spyder, el McLaren P1… Estos deportivos por lo que ya han pasado unos años, mantienen su valor a día de hoy.
También puede darse el caso contrario. Vehículos que tenían unas facturas importantes y que ahora puedes adquirir en el mercado de ocasión por precios bastante ajustados. Más que nada porque sus clientes no quieren arriesgarse a una abultada factura de reparación. Y eso ocurre con coches como los Jaguar XK o el Mercedes-Benz SL R230. Por poner algunos ejemplos.
Y por último te encuentras los coches que lo los quería nadie en su época. Esos que los fabricantes lucharon por colocarlos en su día, bien por sus altos precios antaño o bien porque finalmente no eran lo que le habían prometido al cliente. También afectó un momento concreto de la economía y cosas por el estilo. Pero esos coches ahora cuestan verdaderas fortunas y han dejado de ser coches que no los quería nadie a verdaderas piezas de colección, cotizadas a nivel mundial.
9McLaren F1
El McLaren F1 es el clásico moderno definitivo. Este deportivo ideado por Gordon Murray representó un cambio tan radical en el rendimiento de los superdeportivos allá por 1992, que sus rivales tardaron años en ponerse al día en todos los sentidos.
Esta criatura era realmente rápida y realmente avanzada para su tiempo. Unido a un momento económico no muy boyante a nivel mundial, hizo que a la firma británica les costara colocar las 106 unidades que se llegaron a fabricar hasta el año 1998. Y eso que los de Woking querían llegar a ensamblar 300 ejemplares de su McLaren F1.
No fueron muchos los fabricados. Y menos aún los que pisaron la calle, porque sólo lo hicieron 64 unidades, que tienen precios desproporcionados. Hasta el punto de llegar a pagar más de 20 millones de dólares por uno en perfecto estado, tal y como sucedió el año pasado.