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El peligro de los accidentes contra animales en esta época del año

Hasta hace algunos años era complicado ver animales como jabalíes, corzos, ciervos, zorros, e incluso osos, fuera de su hábitat natural. Pero hoy en día, las visitas de estas especies a las zonas urbanas son cada vez más frecuentes. Esto ha hecho que, en los últimos cinco años, los accidentes contra animales se hayan duplicado en nuestras carreteras y que estos sean cada vez más graves. Este tipo de atropellos suelen ocurrir de noche, los fines de semana y, sobre todo, en esta época del año, en otoño.

En nuestro país solo el 40% de los automovilistas cuenta con un seguro que cubra los daños causados por el atropello a un animal, por lo que son mayoría los conductores que tienen que pagar la totalidad de la reparación del coche cuando ocurre un accidente de este tipo. Además, desde el cambio de la ley en 2014, que trasladó la responsabilidad de estos accidentes al conductor, no se puede reclamar al dueño, y solo el 6% de este tipo de siniestros son indemnizados por los propietarios de los animales.

Son algunas de las conclusiones a las que llega un estudio de Línea Directa, que ha realizado una completa radiografía del peligro mortal que suponen los atropellos de animales en nuestro país.

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Las reparaciones del coche son complejas

Después de sufrir un accidente de este tipo, las reparaciones que hay que realizar en el vehículo suelen ser caras y complejas. De hecho, la aseguradora concreta que los expedientes suelen durar un 38% más que en otro tipo de accidentes, ya que se trata de choques violentos, en los que el coche suele necesitar más horas de desmontaje y que afectan a más piezas mecánicas.

Las partes del coche más afectadas son el parachoques delantero, la rejilla y el capó (39%), seguidos de los faros e intermitentes delanteros (22%), las aletas delanteras (14%), los bajos y el faldón delantero (10%), el radiador (4%) y la matrícula (3%).

Además, en nuestro país solo el 40% de los conductores cuentan con seguros que cubran estos daños. Esto significa que los conductores con seguros a terceros tienen que afrontar la totalidad de la reparación de sus coches salvo que cuenten con coberturas específicas para estos incidentes.