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Conducimos el DS E-Tense. Corto pero 'intense'

DS nos propone probar una pieza única en Madrid. Un concept que ha revolucionado a la joven y exclusiva marca ya independiente de Citroën y ha dejado con la boca abierta a más de un diseñador rival porque combina con ingenio elegancia con carácter, y agresividad, con un interior diseñado con pasión pero también con sutileza y mimo. No es habitual lo de que una marca te deje probar en una gran ciudad un vehículo valorado en dos millones de euros, pero todas las veces que lo he hecho a lo largo de mi trayectoria profesional ha sido gracias a la valentía y un poco de inconsciencia de alguna marca francesa. Porque la misión entraña más riesgos de los habituales de dar vueltas por ejemplo con un DS3.

El E-Tense, protagonista de nuestra toma de contacto, llama tanto la atención por sus líneas y por su exclusividad, que muchos conductores se despistan, otros se apresuran a sacar el móvil para hacer la foto o el video que luego compartirán por las redes sociales, y otros, bastante ilusos por cierto, se pican inexplicablemente poniendo todos ellos en peligro la integridad de un vehículo único en el mundo. Claro que no saben que si rozan o chocan contra el E-Tense por una negligencia, su seguro no va a querer tenerles como clientes más en la vida.

Los peores augurios se cumplen y por la mañana el E-Tense, y su aguerrido conductor, ya han tenido su ración de estrés al protagonizar un incidente que casi cuesta la anulación del resto de pruebas. Para colmo cuando llega mi turno a última hora del día el cielo amenaza lluvia en una tarde infernal en la que apetece de todo menos arriesgar los dos millones del coche a merced de unos cuantos suicidas de ciudad de esos que se saltan semáforos, cedas el paso o cambian de carril sin echar un vistazo al retrovisor por si viene alguien. Pero una experiencia única con un coche único no se puede rechazar.

Eléctrico, con 402 caballos

Me introduzco en el habitáculo del E-Tense con dificultad ya que solo mide 1,29 metros de alto aunque ya me avisan de que tenga cuidado en los giros porque el coche es más largo de lo que transmite su aerodinámica silueta. De hecho mide 4,72 metros de longitud. De entrada solo veo pantallas, un volante de playstation y un salpicadero y asientos con formas romboidales fruto del diseño paramétrico y de la impresión 3D. Su color verde y las formas sobresalientes y picudas que distingo en la penumbra me hacen imaginar que voy a lomos de un gran lagarto. Busco regular los espejos retrovisores, para mí imprescindibles un día como el que me ha tocado y con un vehículo así, sin embargo me tengo que conformar con una pantalla, en lugar del retrovisor interior, que emite en directo lo que graban las cámaras que hacen la función de retrovisores exteriores. Y tampoco tiene luna trasera.

Me pongo en marcha un poco más tranquilo porque voy escoltado por dos coches, uno delante al que tengo que seguir de cerca, y otro detrás que cubre mi retaguardia para impedir que nadie se acerque para una foto y frene contra una trasera espectacular, la de E-Tense, capaz de hipnotizar a cualquiera que vaya a dos metros de distancia. Presiono un botón del mueble central que engrana la D y acelero suavemente para salir de entre dos coches. Suavemente porque el E-Tense es eléctrico puro y tiene 402 caballos, no quiero sustos nada más empezar. Pero ya comienzo a recibir las primeras lecturas de todos mis sentidos.

El sentido del oído trabaja poco porque el coche, como buen eléctrico, no suena nada y pienso que ya podían haber simulado un sonido deportivo que hiciera justicia a su diseño. El del olfato se entretiene con el olor a piel y materiales nobles del que está rodeado. El tacto trabaja a tope porque intento cogerle al aire al acelerador y a la dirección desde un volante de carreras. El del gusto ha trabajado solo cuando he tragado saliva antes de montarme, contemplando esta belleza que sería éxito seguro si saliese así al mercado. Y el de la vista no da abasto para grabar en mi cabeza la experiencia, evitar los coches que inevitablemente y a pesar de la escolta se echan encima y analizar uno a uno todos los mandos y pantallas del interior de este avión.

Con materiales nobles

El E-Tense vale lo que cuesta y te pongo solo tres ejemplos para que lo entiendas. El interior del vehículo asocia el savoir-faire del lujo francés con materiales nobles como los cueros pulidos y pespunteados en los asientos y el aluminio tramado en la consola central. Nada menos que 800 horas de trabajo de los guarnicioneros de DS han sido necesarias para concebir, probar y realizar la evolución del acabado 'Bracelet' de los asientos o también del salpicadero y lo cierto es que han conseguido un ambiente distinto y exclusivo que no tienen nada que ver con ningún otro modelo. Además, el chasis monocasco biplaza está realizado en fibra de carbono y dotado con suspensiones independientes de dobles triángulos superpuestos. El coche pesa 1.800 kilos pero no es tanto si tenemos en cuenta el peso de las baterías y el tamaño del coche. Además, tiene un centro de gravedad muy bajo, puesto que las baterías están implantadas bajo el suelo del vehículo. Esto se nota enseguida, con un tacto al volante que pide marcha y un aplomo de puro deportivo.

Pero hay más. Un concept-car es también la hoja de ruta del futuro. Y en este caso la tecnología DS LED Vision, seña de identidad de todos los DS actuales, evoluciona en el DS E-Tense haciéndose activa. Así, los módulos LED, siempre trabajados como un objeto de joyería o de relojería, para marcar distancias con los rivales, giran 180°. Hay un modo acogida al conductor, un flujo luminoso más grande puesto que se amplía en 20° hacia los lados, y sobre todo nuevas funciones (función high-way para autopista, o meteorología, que amplía la luminosidad en caso de lluvia, nieve o niebla).

De vez en cuando dejo adrede más espacio con el coche que me precede para dar un acelerón y comprobar si hay o no 400 caballos ahí escondidos. Y vaya si hay. De hecho, la última curva la aprovecho para acelerar y el coche inicia un sobreviraje que corto de raíz con un contra volante antes de que cunda el pánico en la expedición. Una vez controlada la situación el ingeniero francés que me acompaña me mira tranquilo, como si no hubiera pasado nada, y me dice riendo, «es que no tiene ESP». Y yo le contesto riendo, «pues ya me podrías haber avisado, si eso…»

El E-Tense tiene 310 kilómetros de autonomía en carretera o 360 kilómetros en ciclo urbano. Pero mi copi me asegura que a la velocidad que evolucionan las baterías, si algún día sale a la venta un eléctrico de DS podré ir a la playa desde Madrid con una sola carga… y con ESP.