Debemos saber, que cuando se compra un coche de segunda mano, uno de los gastos principales es el que corresponde a la tributación. Asimismo, no se paga el IVA, pero hay que liquidar el impuesto de transmisiones patrimoniales. Así que, antes de realizar la operación, conviene calcular el coste de la transferencia para poner a tu nombre el vehículo. A este valor se añade, por otra parte, la tasa que se debe abonar en la DGT.
Por ello, a continuación, te contaremos más detalles sobre esta medida que deben tener en cuenta los conductores.
Obligación del comprador
Vale recalcar, que esta obligación siempre recae sobre el comprador del vehículo, que deberá abonarlo en el plazo de un mes a contar desde la fecha de la compra. Por ende, al tratarse de un impuesto cedido a las comunidades autónomas, se tendrá que pagar donde se resida. Para saldar esta contribución se debe usar el modelo de autoliquidación 620 o 621, en función de si se efectúa el pago de forma presencial (620) o de forma telemática (621).
