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¿Te acuerdas del Opel Monterey? Así era hace 30 años

Hasta principios de los años 90 en Europa se tenía que decidir entre una berlina o un todoterrenos. Todo cambió en 1991 con la llegada del Opel Frontera, un vehículo recreativo de tracción total que supo unificar ambos mundos. El fabricante alemán dio un paso más en 1992, hace exactamente 30 años, y presentó el Opel Monterey, un vehículo para el tiempo libre dirigido directamente al segmento superior del mercado de los todoterreno.

El Opel Grandland, digno sucesor

El Monterey combinaba una carrocería elegante y una gran capacidad todoterreno con un alto nivel de confort y una gran habitabilidad. Un concepto que sigue enamorando a los clientes en la actualidad: la nueva edición del Opel Grandland ha asumido el papel de buque insignia de la familia SUV en la actual gama de modelos de la marca.

Su éxito se basa en un diseño audaz y la línea Opel Vizor, además de tecnologías avanzadas como la iluminación matricial Intelli-Lux LED Pixel completamente adaptativa. También el sistema de propulsión electrificado en su versión híbrida enchufable con tracción a las cuatro ruedas. Las bases del éxito de los actuales SUV y crossover Grandland, Mokka y Crossland se construyeron hace tres décadas con los Monterey y Frontera.

Con el lanzamiento del Monterey en 1992 Opel amplió su gama de atractivos todoterreno para el segmento superior del mercado. Fruto de la cooperación entre Opel y su marca hermana en aquel momento, Isuzu, el Monterey se adaptó al mercado europeo, donde había una gran demanda de vehículos capaces de combinar grandes aptitudes todoterreno con el confort de un turismo.

El Opel Monterey cumple 30 años.
Opel Monterey de 1996.

El Monterey daba en el clavo: máxima funcionalidad y un aspecto robusto. La rueda de repuesto montada en el portón trasero indicaba claramente su carácter todoterreno.

El Monterey estaba disponible en dos versiones de carrocería y tres niveles de equipamiento. Opel llevará el Monterey RS, como un tres puertas de batalla corta con cuatro asientos. El Monterey y el Monterey LTD contaban con una distancia entre ejes más larga y la opción de contar con cinco o siete asientos.

Opel Monterey, amplio, elegante y práctico

Gracias a la posición elevada de los asientos, el conductor tenía una gran visibilidad hacia el exterior, mientras que los pasajeros podrían disfrutar de un amplio espacio para la cabeza y las piernas. El Monterey también era muy práctico: con los asientos traseros abatidos el volumen del maletero crecía hasta los 2.548 litros. El SUV de Opel también era capaz de remolcar hasta 2.600 kilos.

El Monterey fue diseñado para ser el perfecto coche de diario y disfrutar de aventuras fuera del asfalto. La suspensión delantera independiente estaba formada por trapecios dobles. En la parte trasera contaba con un eje rígido con brazos longitudinales, una barra Panhard y muelles helicoidales de dureza progresiva.

Interior del Opel Monterey.
Interior del Opel Monterey.

El diseño robusto de los componentes más importantes permitió su uso fuera del asfalto. El recorrido de los muelles, de 205 mm en la parte delantera y de 230 en la trasera, aseguró que el Monterey pudiera superar con facilidades difíciles como zanjas y grandes roderas o incluso una ladera inclinada.

La reductora le permitía subir pendientes con hasta un 76 por ciento de inclinación. Otras cotas fundamentales para transitar por los caminos más complicados eran una capacidad de vadeo de 600 mm y un ángulo ventral de hasta 45 grados. Los ángulos de ataque/salida eran de 40/31 grados respectivamente. Todos los Monterey incorporaron de serie bujes de rueda libre en el eje delantero.

Dos motorizaciones en su debut

Se podría elegir entre dos propulsores que ofrecen las mismas prestaciones: un diésel de cuatro cilindros y 3,1 litros de cilindrada, y un V6 de gasolina de 3,2 litros. El V6 de 177 CV era especialmente suave y ofrecía la percepción a sus ocupantes de ir sentados en una berlina de lujo. Con este motor este vehículo aceleraba de 0 a 100 km/h en 11,5 segundos y alcanza una velocidad máxima de 170 km/h.

Una de las mejoras más importantes del modelo de 1996 fue la tracción total ‘No Stop’ controlada electrónicamente, que formaba parte del equipamiento de serie. Con solo pulsar un botón, el conductor podía activar la tracción total hasta una velocidad de 100 km/h sin moverse de su cómodo asiento.

El sistema hizo que el Monterey fuera más seguro y más cómodo: los conductores podrían activar las ventajas de la tracción total no sólo al abandonar el asfalto, sino también cuando se enfrentaran inesperadamente a superficies deslizantes.

La versión renovada del buque insignia de la gama todoterreno de Opel se estrenó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1998. Entre las numerosas actualizaciones destacaba un frontal de nuevo diseño, así como diversas mejoras en los apartados de prestaciones, seguridad y consumo de combustible.

Opel Monterey.
Opel Monterey diésel de 1998.

Destacaban especialmente dos mecánicas de nuevo desarrollo: un V6 de gasolina de 3,5 litros y un diésel de cuatro cilindros de 3,0 litros. Con este último, el Monterey de 1998 fue el primer todoterreno del mundo en combinar la tecnología de cuatro válvulas con la inyección directa por common rail.

En comparación con su predecesor, el nuevo motor diésel ofreció una potencia superior en un 40 por ciento (el par se incrementó en un 28 ciento), mientras que tenía un menor consumo de combustible.

En 1999 el Opel Monterey dijo adiós

En 1999, tras siete años de producción, el Opel Monterey llegó al final de su camino. El modelo más vendido durante estos años fue el Monterey LTD, que contaba con un gran equipamiento de serie.

Una señal, ya por entonces, de que los usuarios buscaban una combinación entre elegancia, dinamismo y gran versatilidad con tecnologías innovadoras. Por lo tanto, no es de extrañar que esta receta acapare hoy una demanda elevada, añadiendo la electrificación y un aspecto elegante para dar forma al buque insignia de la gama SUV, el Opel Grandland.