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Pacto de caballeros: un acuerdo entre marcas japonesas

Pacto de caballeros… Suena bien, ¿verdad? Casi propio de otro tiempo, pero, cómo no, del país del sol naciente. La cultura automovilística japonesa es una de las más importantes a nivel mundial y, de hecho, cualquier aficionado que se precie la respeta. Del país nipón han salido algunos de los deportivos más especiales de la historia. Ya sea por lo que significaron o por su pedigrí en competición. Hay muchos coches que son ‘carne de cañon’ en el mercado de usados, provocando una escala en el precio de estos.

Sin embargo, hay que decir que en este mercado –Japan Domestic Market o JDM– todos los coches fabricados han estado limitados a 280 CV de potencia durante casi dos décadas. ¿Qué razón existió para que se implantase tal restricción? Y, sobre todo… ¿por qué ya no se tiene en cuenta? A continuación resolvemos dudas sobre esta peculiaridad automovilística.

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El Nissan 300ZX Twin-Turbo, primero en acatar el pacto de caballeros

motor

Una vez alcanzado el pacto de caballeros que marcaría un antes y un después en la industria… tocaba ponerlo en práctica. La Asociación Japonesa de Fabricantes de Automóviles se reunió con todos los fabricantes japoneses y, tras sellar el pacto que hacía innecesaria la elaboración de una ley distinta, todas las firmas se comprometerían a limitar sus coches en 280 CV.

El Nissan 300ZX Twin-Turbo de 1988 sería el primer coche que se adaptaba al pacto. Llamado Fairlady Z en Japón, es un automóvil deportivo de gasolina, con un consumo de 11.1 l/100, y una longitud de 452 cm y 180 cm de ancho.