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Pacto de caballeros: un acuerdo entre marcas japonesas

Pacto de caballeros… Suena bien, ¿verdad? Casi propio de otro tiempo, pero, cómo no, del país del sol naciente. La cultura automovilística japonesa es una de las más importantes a nivel mundial y, de hecho, cualquier aficionado que se precie la respeta. Del país nipón han salido algunos de los deportivos más especiales de la historia. Ya sea por lo que significaron o por su pedigrí en competición. Hay muchos coches que son ‘carne de cañon’ en el mercado de usados, provocando una escala en el precio de estos.

Sin embargo, hay que decir que en este mercado –Japan Domestic Market o JDM– todos los coches fabricados han estado limitados a 280 CV de potencia durante casi dos décadas. ¿Qué razón existió para que se implantase tal restricción? Y, sobre todo… ¿por qué ya no se tiene en cuenta? A continuación resolvemos dudas sobre esta peculiaridad automovilística.

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Miedo de las marcas a la abolición del pacto de caballeros

nissan

La práctica totalidad de los deportivos de finales de los 80 y la década de los 90 estuvieron totalmente limitados por esta medida, aunque al mismo tiempo la coyuntura propició la creación de algunos de los mejores propulsores de todos los tiempos. Es posible que te suenen las siglas RB26DETT y 2JZ-GTE. Se trata de los motores de los Nissan Skyline GT-R y Toyota Supra Mk.IV Turbo, coches limitados a 280 CV de potencia en Japón que, sin embargo, en otros mercados superaban los 300 CV fácilmente.

No obstante, el miedo de las marcas existía porque jamás se puede dar nada por sobreentendido… y menos un pacto de caballeros que cualquier día podía acabar. Por eso, los motores de esta época estaban sobredesarrollados, a fin de prevenir una posible abolición del pacto. Con motores resistentes pero limitados, los fabricantes se cubrían las espaldas en caso de que necesitaran aumentar la potencia si el pacto no era respetado finalmente.