La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es un paso obligatorio para garantizar la seguridad en las carreteras y la adecuada conservación de los automóviles. Aunque es común asociar la ITV a vehículos en buen estado, su importancia se extiende incluso a aquellos que podrían considerarse candidatos para el desguace. Recientemente, un caso en Navarra pone de manifiesto la relevancia de este proceso, incluso cuando el estado del vehículo sugiere lo contrario.
1La sorprendente situación detectada por la Policía Foral en esta ITV
Agentes de la Policía Foral, encargados del Grupo de Delincuencia del Automóvil del Área de Tráfico y Seguridad Vial, abrieron diligencias penales contra un trabajador de una ITV en el norte de Navarra. El motivo fue su presunta implicación en delitos de falsedad documental y prevaricación. La investigación se inició durante un control de seguridad ciudadana en el que se detectó un vehículo con evidentes defectos y reformas que indicaban su inaptitud para circular. Sorprendentemente, el vehículo tenía una ITV favorable emitida el mismo día del control.
El conductor, empleado de una estación de ITV, afirmó que él mismo había realizado la inspección al vehículo de un amigo y que, a pesar de las deficiencias leves detectadas, consideraba que el automóvil era apto para circular. Según la normativa, el vehículo tenía dos meses para corregir las deficiencias, sin necesidad de una nueva inspección en ese período. Sin embargo, la policía decidió investigar más a fondo debido a la aparente discrepancia entre el estado real del vehículo y la ITV favorable.
