Acabamos de comer, pero hay que conducir… si no llegaremos tarde. Emprendemos la marcha, pero al poco tiempo notamos cómo los párpados se nos empiezan a caer. ¿Conoces esa sensación, verdad? ¿Y sabes que se encuentra detrás de las vidas de 380 personas que murieron en 2020 tras salirse de la vía en el vehículo en el que viajaban? Para eso va a llegar a nuestras vidas el detector de sueño.
La DGT vigila cada vez más a los conductores imprudentes y las distracciones al volante con el objetivo de reducir la siniestralidad. El asistente de detección, fatiga y sueño nace con el objetivo de ayudar a solventar las distracciones más peligrosas. Es decir, las que son fruto del cansancio o la falta de una adecuada atención. Este aparato es tremendamente necesario para ello, pero… ¿Quieres conocerlo mejor?
¿Qué es el detector de sueño de la DGT?
Este dispositivo funciona a través de tres elementos claramente diferenciados pero interconectados. En primer lugar, un sensor incorporado en el volante cuya función es analizar la presión que el conductor ejerce sobre el mismo, así como los movimientos de sus manos y los cambios de dirección.
El detector valora si hay correciones contantes o demasiado bruscas. De hecho, en los sistemas más evolucionados se irá un paso más allá, con una cámara que monitoriza los movimientos de la cara y las facciones. La centralita del motor hará las veces de voz de alerta y analizará también el tiempo que lleva el motor en marcha.
