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Conducimos el Mini Countryman. De Mini, nada de nada

Ya hemos conducido el Mini más 'maxi' de toda la historia con sus 4,30 metros de longitud, que le procuran una habitabilidad mucho mayor que en la generación anterior. Además, el puesto de conducción está más organizado, brilla en modularidad y la personalización se lleva a niveles inauditos. El nuevo Countryman puede incorporar los últimos sistemas de ayuda a la conducción, equipos de infoentretenimiento… Previo paso por caja.

Cuatro mecánicas

Inicialmente se ofrecen cuatro mecánicas -luego llegarán los JCW y los Cooper S E, con mecánica híbrida-, pero para la primera toma de contacto nos hemos decantado por las variantes más potentes, tanto en gasolina como en diésel. El primero de ellos es el Cooper S -lo hemos probado con cambio automático de 8 marchas y tracción total ALL4-, un deportivo con una funcional carrocería crossover, pues este Mini Countryman no pierde un ápice de deportividad en lo que a dinámica se refiere. El motor empuja de maravilla y, si no nos excedemos con el gas, su consumo es bastante coherente. Menos gasta el Cooper SD, pero tiene un feo sonido diésel. También equipa cambio automático -obligado en este caso- y tracción ALL4, pero mucho cuidado con abandonar el asfalto. Como el Cooper S, ofrece distintos modos de conducción, y su dinámica es una referencia.