Mejorar habilidades personales ha de ser un proceso continuo para el gestor de una flota de vehículos de empresa. En situaciones de crisis, su labor es objeto de especial atención y análisis por parte de la alta dirección de la compañía. Y es el momento de demostrar que se está al día en cuanto a habilidades y pericia se refiere.
1.- Sé adaptable a los cambios.
Los buenos administradores de flotas se adaptan bien a los cambios; los excelentes prosperan gracias a ello. Adaptarse a los posibles cambios y estar dispuesto a recomendar que estos se produzcan incluso si su impacto es negativo es parte de la actitud que se espera de un gestor de flota.
Las flotas corporativas son un ente vivo, por tanto están permanentemente sujetas a sufrir cambios… y a provocarlos. Los grandes gestores se adaptan a ellos, no luchan contra ellos. Evidentemente un cambio implica salir de la zona de confort laboral en la que estás instalado, situación que sólo te conduce al despido.
Los gestores de flota han de estar preparados en todo momento para cambiar de rumbo profesional. Este puede no ser lo que te imaginabas o el que deseabas al inicio de tu carrera, pero es la decisión que necesitas tomar.
Lo importante es siempre mantener una actitud positiva ante los cambios. Si la alta dirección de la compañía toma decisiones que implican cambios o afectan a la flota, lo importante es aceptarlos y no rebelarte contra ellos. En especial si estos se han adoptado sin contribución alguna por tu parte. Enfrentar al cambio no te conduce a ningún sitio, solo a la oficina de empleo.
