La peatonalización de barrios en Madrid siempre ha sido tema de debate. Mientras algunas zonas reciben con entusiasmo la transformación en espacios más amigables para peatones, otras encuentran en estas reformas un motivo de conflicto y frustración. En San Pol de Mar, la peatonalización que debía mejorar la calidad de vida ha terminado por generar un laberinto de tráfico que tiene a los vecinos en pie de guerra.
El proyecto pretendía dar un giro a la movilidad del barrio. Pero las consecuencias de las obras no han sido todo lo positivas que se esperaba: han generado atascos, retrasos en el transporte público y una movilidad interna cada vez más complicada. Ahora, los residentes del barrio exigen soluciones inmediatas.
Cuando un sueño se convierte en pesadilla

La peatonalización de la calle San Pol de Mar fue una propuesta votada y aprobada por los propios vecinos en 2021. La idea era convertir la zona en un espacio más accesible y agradable para los peatones, fomentando el comercio local y mejorando las áreas comunes con zonas infantiles y espacios de descanso. Se planeaba crear una plaza moderna e integrada en el entorno, con el Teatro San Pol como epicentro.
Sin embargo, lo que sobre el papel parecía una mejora, se ha convertido en un problema para la movilidad del barrio. La eliminación de una rotonda clave ha generado atascos donde antes no los había, afectando no solo a conductores particulares, también a dos líneas de autobuses, que ahora sufren retrasos constantes.
Más coches, menos espacio: el colapso diario

Uno de los principales problemas derivados de la peatonalización es el incremento del tráfico en las calles contiguas. Al eliminar la circulación en ciertos tramos, se ha redirigido a los coches a vías secundarias que no están capacitadas para absorber el aumento de vehículos. Ello ha provocado en la zona un embotellamiento constante, que se traduce en más ruido y contaminación.
Además, la falta de plazas de aparcamiento ha generado un incremento de vehículos estacionados en doble fila. La situación afecta tanto a vecinos como a comerciantes, que ven cómo sus clientes tienen dificultades para acceder a sus negocios. La carga y descarga, así como la subida y bajada de pasajeros, se ha vuelto un auténtico desafío en un barrio que antes no sufría estos problemas.
El transporte público, uno de los más afectados

Con la reestructuración del tráfico en San Pol de Mar, los usuarios del transporte público han sido de los más perjudicados. Los tiempos de recorrido de las líneas 41 y 75 de la EMT se han incrementado notablemente debido a los atascos, lo que no solo afecta a los residentes del barrio, sino también a quienes utilizan estas rutas para desplazarse a otras zonas de Madrid.
También está el problema de la nueva ubicación de algunas paradas de autobús, que se ha convertido en un punto de conflicto. Los vecinos denuncian que su colocación actual contribuye aún más al caos circulatorio y han pedido su reubicación para mejorar la fluidez del tráfico. Sin embargo, hasta el momento no se han implementado cambios significativos.
Las propuestas de los vecinos para aliviar el problema

La asociación vecinal Manzanares-Casa de Campo ha elaborado un informe con 394 respuestas, en el que el 77% de los encuestados se muestra a favor de revertir las obras o, al menos, aplicar medidas parciales para mitigar el problema. En él, se proponen soluciones como sustituir los semáforos por pasos de cebra y stops, a fin de agilizar el flujo de vehículos.
También han planteado el cambio de localización de algunas paradas de autobús y la reubicación de ciertos pasos de peatones. Además, se ha solicitado una mayor señalización lumínica en la salida de la M-30, para advertir a los conductores sobre la presencia de peatones y la necesidad de reducir la velocidad.
El Ayuntamiento de Madrid, abierto al diálogo

El malestar vecinal ha llegado a oídos del Ayuntamiento de Madrid, que da una de cal y una de arena. Aunque la vicealcaldesa, Inma Sanz, ha asegurado que escucharán las quejas de los residentes y reconocido que las obras pueden generar molestias, también ha defendido que todas las peatonalizaciones llevadas a cabo por el equipo de José Luis Martínez-Almeida han sido un éxito.
Por ahora, no se contempla una posible reversión del proyecto. Sin embargo, los vecinos esperan que, al menos, se implementen medidas para paliar los actuales problemas. Mientras tanto, el barrio de San Pol de Mar en Madrid sigue inmerso en un laberinto urbano que, lejos de mejorar la calidad de vida, genera un caos que nadie vio venir.