Metidos en el otoño y de cara al invierno, y a pesar de la escasez de lluvias, somos conscientes de que en algún momento, mas pronto que tarde, las condiciones meteorológicas cambiaran, apareciendo, tanto los constantes aguaceros como las intermitentes nevadas/heladas. Es aquí donde la relevancia de unos buenos neumáticos de invierno, queda de manifiesto frente a los convencionales y de eso queremos hacernos eco e informarte.
Al igual que cambias de calzado cuando llega el invierno, para asegurar tu paso firme por las aceras de tu cuidad cuando llueve o nieva, mantener esta actitud hacia tu coche, es decir cambiar las ruedas, puede suponer un añadido de seguridad y tranquilidad cuando conduces.
3Desalojando agua, andando en el hielo y la nieve
El dibujo de la cubierta es sin duda, una de las ventajas de los neumáticos de invierno. Diseñado para magnificar el desalojo del agua manteniendo la capacidad de adherencia, lo que les proporciona mayor seguridad ante las situaciones de posible hidroplaneo. Normalmente, disponen de cuatro bandas en la misma línea de rodadura y otros tantos perpendiculares.
Esto, que no quiere decir que debas correr mas cuando calzas estas ruedas, si es significativo por que a parte de evacuar el agua de las ruedas por su parte posterior también lo hace por los laterales.
La contracción que sufren los materiales por el frio, produce una mayor rigidez en estos. Pura física, el frío aumenta la rigidez de la mayoría de los materiales, incluidos los neumáticos. El predomino del sílice en la composición de estos los capacita para una mayor adherencia, facilitando la tracción en el hielo y la nieve, aportando mayor seguridad.
La conducción por una carretera con hielo es muy peligrosa, dado que aumenta la distancia de frenado e incluso podemos perder el control del vehículo. Los neumáticos de nieve reaccionan bien ante el hielo pero tampoco hacen milagros.
