Cuando entras en el coche a primera hora de la mañana, a cero grados bajo cero, lo último que apetece es quitarse el abrigo y los guantes. La calefacción del coche no empieza a calentar de manera instantánea. Primero tiene que entrar en temperatura el motor para que pueda empezar a pasar ese excedente de calor al habitáculo.
Cuesta mucho desabrigarse al subir al coche, sabiendo que tendrás que esperar unos minutos hasta poder empezar a notar la calefacción. Por eso, muchas veces los conductores se meten en el coche directamente con el abrigo, los guantes y la bufanda. Esto no es lo más apropiado para conducir, e incluso nos puede caer una multa por conducir así de abrigados.
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La normativa incide aún más en el deber de llevar una vestimenta que nos permita conducir de manera cómoda. En ese mismo artículo que se obliga a que el conductor mantenga una posición adecuada en el asiento. Un abrigo muy voluminoso podría complicar esa postura correcta.
El Artículo 17.1 también se podría aplicar en este caso. Determina que “los conductores deberán estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos». Si llevamos una prenda que nos impide reaccionar rápido en situaciones de emergencia, el agente puede considerar que no estamos en condiciones de controlar siempre el coche.
