El avance tecnológico nunca deja de sorprendernos, y esta vez, la movilidad sostenible ha dado un salto impresionante. Una visión que se remonta a las teorías de Albert Einstein sobre la fusión nuclear ha cobrado vida en la forma de un motor de protones, desafiando incluso las leyes de la física y el universo. Este logro promete no solo revolucionar el transporte, sino también desempeñar un papel crucial en la descarbonización de nuestra sociedad.
La teoría de Einstein hecha realidad
La idea de un motor de fusión nuclear basado en la fusión de protones no es nueva. Ya en 1929, Albert Einstein teorizó sobre la posibilidad de utilizar la fusión para propulsar naves espaciales a velocidades extraordinarias.
Su visión consistía en aprovechar las altas temperaturas generadas por la fusión para expulsar protones y así generar empuje. Sin embargo, hasta ahora, esta idea había permanecido en el reino de la especulación, limitada por las barreras tecnológicas de su tiempo.