En la planta de Lexus en Motomachi, en la prefectura japonesa de Aichi, el coupe premium LC es producido por un equipo de maestros artesanos Takumi y por trabajadores que aplican sus grandes conocimientos en cada paso del proceso. La combinación de artesanía con las últimas tecnologías, hace que Motomachi sea una de las fábricas de automóviles más sofisticadas del mundo. Allí se fabricó a mano el emblemático supercoche LFA.
Ocho maestros Takumi
Desde el comienzo de la fabricación de la carrocería hasta las diferentes pruebas de conducción, ocho maestros Takumi y el resto de trabajadores se especializan en un paso concreto del proceso de producción del LC.
Estos artesanos tienen a su disposición tabletas con listas de control, diseñadas para mejorar la producción, detectando fallos y comprobando que no se omite ningún paso del proceso. La iluminación es otro factor importante para garantizar la mejor calidad posible y permite que los artesanos detectar los objetos más pequeños. La línea de montaje está hecha a medida y se presenta con un acabado en blanco.
Cuando se termina el montaje, el LC se introduce en una cabina de cristal, llena de luz, para someterse a una inspección detallada de 700 puntos de control por parte de dos artesanos del equipo. Bajo unas barras de LED, los artesanos examinan detalles que ni siquiera los clientes pueden ver.
Para finalizar, se realiza una prueba de conducción en un circuito especial antes de que llegue a las manos del cliente.