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Conducimos el Mercedes-Benz EQE. Tesla tiene un nuevo problema

Tras sorprendernos a todos con el lanzamiento del sensacional EQS, la compañía alemana repite la jugada. Esta vez a escala y con este nuevo Mercedes-Benz EQE, una brillante berlina eléctrica que ya hemos tenido la oportunidad de poder conducir.

Con este Mercedes-Benz EQE la compañía de la estrella se adelanta a sus principales competidores. Y es que ni Audi, ni BMW, ni Jaguar, ni Lexus, ni Volvo… ninguna de estas tiene una berlina ‘cero emisiones’ dentro del segmento E. Cierto es que no tardarán en hacerlo, pero por ahora hay poco donde elegir, más si tenemos en cuenta que las marcas inicialmente han implantado la tecnología eléctrica en el segmento SUV. El que a día de hoy levanta pasiones entre todos aquellos que quieren un coche nuevo.

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Al volante de la interesante versión EQE 350+

Precisamente durante la presentación nos movimos con un Mercedes-Benz EQE 350+, la versión más interesante. Sobre todo para aquellos que piensen en él como un coche único. Cosa que no es nada descabellada.

La aclimatación al interior de este EQE es instantánea. Más aún si estás habituado a los interiores de la firma de la estrella. Encontrar la posición idónea es sencillo y en nada sabes donde se encuentran la inmensa mayoría de sus funciones. Y si no das con ellas no tienes más que preguntar a Mercedes. Porque gracias a su sistema MBUX interactuar con tu EQE mediante comandos vocales es pan comido.

Una vez colocados al volante vemos que su visibilidad por la luna trasera no es lo mejor del conjunto. La marcada caída del techo se traslada al interior y saca a relucir este detalle. Por lo demás, todo perfecto.

EQE 350+. Imagen salpicadero.

Nos ponemos en marcha. Antes casi de aclimatarnos a este Mercedes-Benz EQE 350+ salimos a una autovía. A pesar de su peso y de unos niveles de potencia correctos para dicho lastre, esta versión gana velocidad con una facilidad pasmosa. E instantánea, detalle típico en los eléctricos. Mantener velocidades de crucero de 130 km/h de velocímetro es pan comido. Aún con el aire en contra sorprende su comedido consumo. Porque en estas circunstancias y por carreteras donde la orografía del terreno no acompaña, este eléctrico firmó un gasto de 23,4 kWh/100 km.

Por cierto, sin renunciar a llevar el climatizador a 22 grados para no pasar nada de calor.