Sus entrañas son infinitamente más avanzadas que los originales V12 atmosféricos, aunque esa naturaleza no se ha perdido. Ni mucho menos. Su corazón tiene 6.5 litros y además añade la tecnología híbrida -de ahí la 'I' de su nombre- para ofrecer un total de 814 CV de potencia (780 del V12 y 34 del eléctrico), enviados a sus cuatro ruedas por medio del avanzado cambio ISR de 7 velocidades. Si esta mecánica, la cual almacena la energía en supercondensadores más ligeros que una batería de 48 voltios, te resulta familiar, es porque la hereda del exclusivo Lamborghini Sián FKP 37.