La caravana, y el caravaning, conforman un universo paralelo, en tan y en cuanto suponen una forma de vida, para los mas ortodoxos y una opción recreacional para millones de adeptos. Con fundamento en las antiguas formas de vida trashumantes o nómadas, este estilo de entender la vida ha evolucionado tanto como los propios automóviles. Actualmente, el mundo del circo, quizás sea el ultimo ejemplo de ello. Pero la popularidad y los avances, han conseguido que cada dia mas personas se imbuyan en este mundo, de apariencia sencilla, pero de resolución compleja y de requerida experiencia.
Vivir, dormir y comer en tu caravana
La libertad que te ofrece este medio de viajar viene cargada de ventajas e inconvenientes fruto la propia cualidad de independencia. Hacer una descripción de todos los aspectos resultaría largo, pesado y pretencioso. Pero si hay momentos en los que un común denominador o consejos a tener en cuenta, pueden crear una conducta aceptada por todos los campistas, por lo eficaz y resolutiva de la misma.
Destacamos aquí los alimentos y la cocina. Cocinar en tu caravana, para no depender de los restaurantes y bares de la zona de acampada, puede resultar incomodo o divertido. Por otra parte una despensa holgada, te restará espacio para otros roles de la vida. Por ello almacenar alimentos y elegir que platos cocinar en la cocina de la caravana requiere un estudio previo al viaje.
Antes de listar unos cuantos consejos, sería conveniente explicar el fundamento del caravaning. Buscar camping, rutas, excursiones, cocinar, limpiar, logística y reposición de consumibles, vehículos de apoyo, y un largo etc… de detalles a tener en cuenta, te alejan de la comodidad de los resorts. En resumen, si te compras una caravana, para ahorrarte el coste del hotel simplemente, puede que estés errando el tiro. Amar tu independencia lleva consecuencias, y sin experiencia, pueden resultar caras y desagradables.
