El Porsche 911 Safari, vestido con la icnolvidable publicidad de Martini, es uno de los grandes iconos del rally Safari, pero lo curioso es que Porsche no logró subir jamás al primer escalón del podio de la exigente prueba africana, a pesar de haberlo intentado en varias ocasiones.
Pero el Porsche 911 no es el único modelo que logró victorias en rallys del mundial y nunca consiguió vencer en el Safari. Hasta siete otros modelos que sí tuvieron éxito en los rallys del WRC perdieron en su lucha contra el East African Safari Rally. ¿Quieres saber cuáles son?
El Porsche 911 Safari fue segundo en tres ocasiones
Aunque los Porsche 911 habían servido a pilotos privados para disputar la prueba desde 1969, la relación de amor-odio del Porsche 911 con el Rally Safari comenzó oficialmente nueve años más tarde con dos Porsche 911 SC 3.0 con motor atmosférico de tres litros, 253 CV y 300 Nm preparados en fábrica cuyas suspensiones se elevaron hasta conseguir 28 cm de altura libre al suelo. Pilotados por el keniata Vic Preston, Jr. y por el sueco Björn Waldegard, tuvieron que conformarse con la segunda y la cuarta plazas, respectivamente, mientras el Peugeot 504 V6 Coupé de Jean-Pierre Nicolas se hacía con la victoria.
De hecho, los Porsche 911 disputaron la prueba africana con mayor o menor implicación oficial hasta en 14 ocasiones, alcanzando el segundo escalón del podio en tres de ellas (1972, 1974 y 1978) y viéndose obligados a retirarse en nueve de las ediciones.
Los otros purasangres del WRC que jamás ganaron el Rally Safari
Si bien el caso del Porsche 911 es el más significativo, hubo otros siete coches de rallys que lograron importantes éxitos en el Campeonato del Mundo de Rallys (WRC) pero nunca vencieron en el Rally Safari, a pesar de haberlo intentado.
El Alpine A110 dio un auténtico puñetazo en la mesa cuando en 1971 logró copar todas las posiciones del podio en el Rally de Montecarlo, resultado que repetiría en 1973, ganando aquel año el mundial de constructores, por delante de Porsche, Lancia y Ford. No obstante, la dureza de las pistas keniatas se le atragantó sistemáticamente, con constantes abandonos y una decimotercera posición como mejor resultado.
En la misma línea, el Lancia Stratos fue uno de los últimos grandes coches de rally de tracción trasera. Considerado como el primer coche de rallys planteado para la competición del cual se hicieron las unidades de calle necesarias para la homologación, el futurista coupé italiano arrasó en numerosas pruebas del Mundial a pesar de su corta carrera deportiva, logrando tres campeonatos del mundo (1974, 1975 y 1976). En 1975, Sandro Munari y Björn Waldegård se encaramaron a la segunda y tercera posiciones del podio del Rally Safari, pero la victoria fue para el Peugeot 504 de Ove Andersson.
Otro grande de los rallys, el Fiat 131 Abarth, logró también tres campeonatos del mundo de constructores y otros dos de pilotos (con Markku Alén en 1978, y Walter Röhrl, dos años más tarde), registrando un total de 46 podios en sus 75 carreras disputadas. Lo intentó en el Safari en varias ocasiones, logrando una tercera posición en 1979 (firmada por Markku Alén), así como numerosos abandonos.
Cerramos la época de la hegemonía italiana en los rallys del Mundial con el Lancia Rally 037. El sustituto del Stratos estuvo en producción entre 1982 y 1983, y se diseñó teniendo en mente el nuevo reglamento de los salvajes Grupo B. Disputó 62 rallys, obtuvo seis victorias y un campeonato de constructores. El Rally Safari de 1986 fue, precisamente, su última carrera oficial, con una tercera posición para Markku Alén que permitía a Lancia quitarse el mal sabor de boca de la anterior edición, en la que los cuatro coches alineados se vieron obligados a retirarse.
El Audi Quattro es otro de los automóviles míticos del Campeonato del Mundo de Rallys que nunca consiguió la victoria en el Rally Safari. Audi revolucionó el mundo de los rallys introduciendo la tracción total, que se mostró especialmente imbatible en tramos de firme sin compactar, como las destrozadas pistas de Kenia.
Hannu Mikkola y Michèle Mouton lograron un doblete en el podio de 1983, en la primera participación del Audi Quattro, pero fueron superados por Ari Vatenen, con un Opel Ascona 400. Mikkola volvería a subir al podio un año más tarde y, tras dos abandonos en 1985 y 1986, el finlandés triunfaría finalmente al año siguiente, pero lo haría con un Audi 200 quattro, no con el Quattro original ni con el Sport Quattro.
Por último, el Peugeot 205 T16 y, posteriormente, el Peugeot 206 WRC jamás lograron tampoco vencer en la prueba keniata. El caso del primero es especialmente llamativo, ya que Peugeot sí lograría triunfar en el Rally Dakar con una versión alargada de su ex Grupo B, de forma parecida a lo que le sucedió a Porsche, cuyo 911 nunca ganó el Safari pero sí venció el Dakar convertido en 959.
Peugeot, no obstante, sí triunfó en numerosas ocasiones con sus 404 y 504 en la prueba keniata. De hecho, los Peugeot 404 y 504, los Datsun 240 Z y 160 J y el Mitsubishi Colt lograron varias victorias en el Rally Safari mientras que en Europa jamás alcanzaron un podio. Pero esta es otra historia que merece ser contada en otra ocasión.
Fotos del Porsche 911 SC en el Rally Safari de 1978
