No nos cansamos de recomendarte y aconsejarte sobre las condiciones en las que tu coche, revisado y en perfecto estado contribuyen a tu seguridad y la de los demás conductores. Pero, ¿ que sucede con la posición del cuerpo en el puesto de conducción ?. Nadie nace con un volante en la mano, aunque parezca que los grandísimos pilotos de competición, así llegaron a este mundo. La conducción es un ejercicio de habilidad y necesita de adiestramiento para alcanzar las mas altas cotas de perfección.
3La experiencia es la madre de la ciencia
Empezaras por sentarte acoplando tu espalda y «posaderas» en el ángulo exacto que hay entre el respaldo y el asiento. Al hacerlo y llevar tus pies a los pedales de control, fíjate en la flexión de las piernas. El coche cuando circula transmite las sensaciones al cuerpo a través de los puntos de contacto que con el existen, y los pedales y los pies se fusionan, son la unión básica entre tu y el coche. Con las piernas muy estiradas pierdes sensibilidad y dejas de recibir los inputs necesarios que advierten de las reacciones precisas. Coloca las piernas flexionadas sin llegar a entorpecer el recorrido del volante, y apreciando un apoyo constante, pero suave en los pedales.
Una medida orientativa es accionar el pie de embrague y observar la extensión de tu pierna. Si para llegar al fondo del recorrido de este pedal, necesitas desplazar tu cuerpo del asiento, estas mal colocado.
