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La sombra del ‘dieselgate’ se alarga: en España podría haber 1,4 millones de coches afectados más

El llamado caso ‘diéselgate’ salió a la luz en 2015, cuando la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. acusó a Volkswagen de utilizar en sus vehículos diésel un software para alterar los resultados de los test de emisiones de forma que pareciera que los coches emitían menos gases nocivos de los reales en las pruebas de homologación. El Grupo Volkswagen tuvo que revisar millones de vehículos por este motivo, pero también se vieron afectados otros fabricantes y todavía hoy colean centenares de demandas en las que los clientes piden indemnizaciones por el perjuicio producido.

Recientemente, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) les ha dado la razón y ha reconocido que los clientes afectados por el caso ‘dieselgate’ que compraron un vehículo con el motor trucado tienen derecho a ser indemnizados por parte del fabricante del automóvil y que será cada país el que deba establecer los criterios y la cuantía adecuada por los daños causados.

Pero ahora, el ‘culebrón’ se alarga con un nuevo capítulo, ya que un análisis del Consejo Internacional de Transporte Limpio (ICCT, por sus siglas en inglés) sugiere que en la Unión Europea (UE) y en Reino Unido circulan, en conjunto, 19,1 millones de vehículos diésel sospechosos de utilizar un dispositivo de desactivación de emisiones prohibido y similar al del ‘dieselgate’.

El informe, del que se hace eco Europa Press, también apunta que en España podrían circular, según sus cálculos, 1,4 millones de coches diésel con un software prohibido de este tipo.

24 millones de automóviles muestran emisiones "sospechosas", según el informe del nuevo "Dieselgate".
24 millones de automóviles muestran emisiones «sospechosas» , según el informe.

En base a las cifras oficiales de ventas, el ICCT indica que entre 2009 y 2019 se vendieron en la Unión Europea y en Reino Unido 53 millones de vehículos diésel certificados con las normativas de emisiones europea Euro 5 y Euro 6.

«Usando una estimación conservadora y considerando solo los vehículos probados por las autoridades gubernamentales oficiales, aproximadamente 24 millones de automóviles diésel vendidos muestran emisiones sospechosas. De estos, 16,3 millones de automóviles diésel vendidos muestran emisiones extremas», desvela el documento. También especifica que de esa cantidad siguen circulando por las carreteras 19,1 millones de unidades con «emisiones sospechosas».

200 modelos probados son «sospechosos»

El informe del ICCT concluye que se detectaron niveles «sospechosos» de emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en el 77% de los test oficiales a vehículos diésel con certificación Euro 6 (los más nuevos) y en el 85% de los de Euro 5 vendidos entre 2009 y 2019 en la UE y Reino Unido, «lo que indica el uso probable de un dispositivo de desactivación (de emisiones) prohibido». Además, se detectaron emisiones «extremas» de NOx en al menos el 40% de los test oficiales, «lo que indica que es casi seguro que existe un dispositivo de desactivación prohibido», añade.

El informe también apunta que alrededor de 200 modelos de vehículos probados muestran emisiones de NOx «por encima del umbral sospechoso» y que 150 presentaron emisiones «por encima del umbral extremo». «Un total de 66 modelos de vehículos utilizaban estrategias de calibrado descritas por los fabricantes que ahora deben considerarse dispositivos de desactivación prohibidos, según las últimas sentencias del TJUE» sobre el ‘dieselgate’, añade el documento.

A ello se suma que 50 modelos de los sometidos a las pruebas «alteran o desactivan» el sistema de control de emisiones a bajas temperaturas, «una estrategia especificamente dictaminada y considerada como dispositivo de desactivación prohibido por el TJUE».

Los países y marcas del ‘nuevo dieselgate’

El informe que recoge Europa Press destaca que en Alemania siguen conduciéndose 4,2 millones de vehículos diésel vendidos entre 2009 y 2019 que muestran emisiones «sospechosas«, mientras que en Francia son 3,3 millones de unidades y en Reino Unido 2,4 millones.

A estos dos países les seguiría Italia, con 2,6 millones de vehículos, mientras que España se sitúa en quinta posición con 1,9 millones de coches sospechosos de utilizar un dispositivo de desactivación de emisiones prohibido y similar al del ‘dieselgate’.

Por fabricantes, el estudio señala que Volkswagen (principal protagonista del ‘dieselgate’) «produjo la mayor cantidad de vehículos que mostraban emisiones sospechosas». «Sin embargo, otros fabricantes vendieron millones de vehículos que mostraban emisiones sospechosas y extremas similares a las que provocaron el ‘dieselgate’. Renault-Nissan habría vendido más de 4 millones de vehículos que mostraban emisiones extremas.

En ese sentido, otros fabricantes señalados en el informe sosprechosos de haber utilizado dispositivos similares a los del ‘dieselgate’ serían PSA Group (hoy Stellantis), BMW, Daimler (hoy Mercedes), Ford, General Motors, Hyundai, Fiat-Chrysler (hoy Stellantis), Volvo y Tata Motors.

Volkswagen Landaben Navarra Motor16

Modelos «sospechosos»

En cuanto a los modelos, el informe destaca entre los 10 que muestran emisiones extremas y que serían sospechosos de utilizar un software similar al del ‘dieselgate’: Volkswagen Passat 2.0 litros (Euro 5), el Renault Clio 1.5 litros (Euro 5), el Volkswagen Tiguan 2.0 litros (Euro 5), el Ford Focus 1.6 litros (Euro 5) y el Nissan Qashqai 1.5 litros (Euro 5).

Le siguen el Dacia Duster 1.5 litros (Euro 5), el Opel Insignia 2.0 litros (Euro 5), el Renault Scenic 1.5 litros (Euro 5), el Skoda Octavia 1.6 litros (Euro 5) y el Peugeot 308 1.6 litros (Euro 6).

«Este estudio pone de relieve la prevalencia generalizada de estrategias de calibración en los vehículos diésel Euro 5 y Euro 6 que provocan un exceso de emisiones de NOx y las medidas correctoras comparativamente limitadas adoptadas hasta la fecha», han valorado los autores del informe.

«Con una definición clarificada de los dispositivos de desactivación y las normas que prohíben su uso a partir de las recientes sentencias del TJUE, las autoridades de vigilancia del mercado de los Estados miembros de la UE y del Reino Unido tienen ahora una base clara sobre la que abordar el exceso de emisiones NOx de los dispositivos de desactivación prohibidos y aplicar cambios sistémicos en las prácticas de test y mecanismos de cumplimiento», han agregado.