Al margen de su imponente imagen basada en una aerodinámica específica acorde a la normativa GT3, cabe recordar que esta versión de competición del Acura NSX renuncia a la hibridación, por lo que deja atrás los tres motores eléctricos que monta el modelo de calle y convierte a su motor de 3.5 litros V6 Biturbo como única fuente de potencia