Presumes de ser puro nervio, de ir siempre un poco más rápido que los demás y, con ello, ahorrarte unos minutos para cada tarea. Vamos, lo que viene siendo un «agonías»… Pero en la carretera esto no funciona así. Las urgencias nunca son nunca buenas consejeras. Y al volante, se pagan muy caras.
Una conducción tranquila es sinónimo de seguridad ¿Por qué? Sencillamente porque las consecuencias en un accidente son menores cuanto más baja es la velocidad a la que se circula. Aun así, todos hemos visto comportamientos al volante que entrañan un peligro evidente para los demás conductores. Por eso conviene repasar cuáles son estas conductas y la multa que lleva aparejada cada una de ellas… ¡Para todos aquellos agonías que valoran más el tiempo que su propia vida!
Las multas del agonías: Exceso de velocidad
Por encima de cualquier infracción, circular por encima de los límites de velocidad establecidos es lo que más se sanciona en España. Concretamente, dos de cada tres multas que se ponen están relacionadas con esto. Casi 2.500 radares, helicópteros, drones… y otros elementos nos vigilan cada día, buscando detectar a esos conductores con prisas que pisan el acelerador un poco más siempre que pueden.
Incumplir las normas relativas de velocidad sale caro. Está tipificado como infracción grave o muy grave y conlleva una sanción que se mueve entre los 100 y los 600 euros, pero es que además en algunos casos conlleva la detracción de entre 2 a 6 puntos del carnet.
