La DGT recomienda a los conductores descansar al menos veinte minutos cada dos horas de viaje. El cansancio influye en la rapidez de reflejos al volante y puede producir somnolencia. Los efectos que puede tener la somnolencia en la conducción, pueden ser igual de fatales que conducir bajo los efectos del alcohol.
Si ese cansancio se acaba traduciendo en sueño, el siniestro está asegurado. Cerrar los ojos y perder la consciencia de la carretera unos segundos suele tener unas consecuencias muy severas. Por eso, a la DGT le gustaría poder controlar las horas de descanso de los conductores, al igual que ya hace en el transporte profesional.
Un sistema de reconocimiento facial para detectar si el conducto sufre cansancio
Algunos coches incluyen cámaras de reconocimiento facial que escanean continuamente la cara del conductor. Si este realiza un exceso de parpadeos, cambios de postura, bostezos o desvíos en la dirección de la mirada emiten una sonido de alerta.
Otros sistemas con la misma finalidad utilizan sensores en el volante que miden la presión que ejercen las manos. Si notan que se pierde fuerza en el agarre, activan unas señales acústicas para despertar al conductor. Los avisadores de cambio de carril involuntario también pueden salvar muchas vidas en este sentido.
