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Conducimos el E-Pace. Así va el primer SUV compacto de Jaguar

Con la experiencia que supone el lanzamiento previo del F-Pace, que ha reportado a Jaguar un notable éxito comercial, la firma británica se interna ahora en un segmento SUV también muy boyante, formado por modelos en torno a los 4,40 metros de longitud que se dirigen a matrimonios con uno o dos hijos, parejas jóvenes o, simplemente, a los que buscan un vehículo práctico y cómodo en el uso diario, pero no quieren renunciar a la calidad y exclusividad Premium? ni a la deportividad de un Jaguar. Para ello ponen en juego el E-Pace, rival de modelos de éxito como Audi Q3, BMW X1, Mercedes GLA o su 'primo' el Range Rover Evoque, y de novedades tan recientes como el Volvo XC40.

Ian Callum, diseñador de la marca y que con la ahora presentada ya ha firmado nueve carrocerías completamente nuevas, afirma que trató de apartarse lo más posible de las formas del F-Pace, y que ha empleado detalles de los modelos deportivos F-Type para inyectar dinamismo a la imagen del E-Pace. Especialmente orgulloso se siente de la zona del paragolpes trasero, de las ópticas posteriores y, sobre todo, de un interior que separa deliberadamente a conductor y copiloto, y donde fue prioritario lograr un gran número de amplios espacios para colocar cosas.

Un interior bien aprovechado

El E-Pace mide 4.395 milímetros de largo y 1.649 de alto, su distancia entre ejes es de 2.681 milímetros y anuncia un coeficiente aerodinámico CX que, según la versión, oscila entre 0,325 y 0,36. La primera gran noticia cuando analizamos su interior llega al levantar el portón, lo que puede hacerse con solo pasar el pie bajo el paragolpes. Y es que el maletero homologa 577 litros (en vivo no parecen tantos, todo sea dicho), o un máximo de 1.234 litros cuando abatimos por completo el respaldo trasero 60:40. Bajo el suelo, una rueda de repuesto, pero la banqueta posterior es fija, no corredera.

Si pasamos al habitáculo, puede que no encontremos el mayor espacio del segmento, pero todas las cotas parecen bastante equilibradas y cuatro adultos podrán acomodarse bien, o dos adultos y tres chavales, pues el túnel central no resulta excesivamente aparatoso. Comparado con el Volvo XC40, último de sus competidores llegado al mercado, el E-Pace sólo cede algo de terreno en la anchura delantera (141,5 centímetros al nivel de los hombros, frente a los 145 del sueco), mientras que la anchura detrás al nivel de las caderas es la misma (131 centímetros), la altura al techo delante y detrás es casi igual de generosa en los dos modelos (96,5 centímetros delante y 93,5 detrás en el caso del E-Pace) y también empatan al milímetro en el hueco para las piernas en la segunda fila: 71,5 centímetros con un conductor de 1,75 al volante. O sea, un buen SUV para viajar sin excesivas apreturas, pese a sus medidas exteriores contenidas, aptas para moverse ágilmente con tráfico denso y aparcar bien en la ciudad.

Nos sentamos en el puesto de conducción, un escenario marcado por la deportividad. Hay buena visibilidad, todo queda a mano y pese a la presencia de una gran pantalla táctil central (10 pulgadas) se han conservado un buen número de mandos de acceso directo para reducir las distracciones. También lo destacó Callum en su exposición, que dio importancia a las peligrosas distracciones ocasionadas por las pantallas de algunos modelos rivales, que aglutinan excesivas funciones. Bien por él. Un ejemplo es el mando que permite elegir el programa de conducción, situado en la consola central junto al muslo derecho del conductor. Además, el sistema Head-up Display proyecta en el parabrisas numerosas informaciones, de modo que podemos conducir sin apartar la vista de la carretera. Más abajo, por supuesto, encontramos el cuadro de instrumentos principal, que en este caso es una pantalla a color de 12,3 pulgadas en la que, por ejemplo, podemos mostrar el mapa de navegación en 3D.

P300 AWD, con brío de sobra

Pero pongámonos en marcha. Y para nuestro estreno con el E-Pace empezamos por arriba, pues nos ha tocado en suerte la versión P300 AWD, con tracción total, cambio automático y un motor 2.0 Turbo de 300 CV que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 6,4 segundos o alcanzar los 243 km/h de velocidad punta. Nada más empezar a rodar vemos que esas prestaciones se cumplen, porque el E-Pace más enérgico tiene brío de sobra para solventar los adelantamientos en un abrir y cerrar de ojos, y con un sonido especialmente bonito que te va animando. También notamos que la ligereza, aunque se haya utilizado aluminio en determinados elementos, no es el capítulo más brillante, como atestiguan los 1.894 kilos de nuestro protagonista, mucho para un SUV de su talla. Se percibe sobre todo al frenar con fuerza repetidamente o al girar en rotondas, aunque cuando después nos metemos en faena en vías de montaña los 300 caballos camuflan bien los kilos extra, y el E-Pace apoya bien en los trazados más sinuosos.

La suspensión, adaptable, cumple su misión a la perfección. Tiene un rodar que, personalmente, me recuerda bastante al Range Rover Evoque, aunque los responsables de Jaguar insisten en que se ha personalizado el E-Pace a todos los niveles para potenciar el dinamismo y el tacto deportivo (la tracción total Active Driveline puede enviar hasta el cien por cien del par al tren trasero), frente a un Evoque que, por ejemplo, conserva más aptitudes 'off road'.

3 versiones diésel

En cuanto al resto de la gama, en gasolina se ofrece también un P250 AWD de cambio automático (se trata del mismo motor 2.0 Turbo de la familia Ingenium, pero con 250 caballos), mientras que los que prefieran una mecánica diésel están de enhorabuena, pues el Ingenium 2.0 está disponible con 150, 180 y, en versión biturbo, 240 caballos. En este último caso, solo con caja automática y tracción total, pero en el D180 AWD puede elegirse entre transmisión manual o automática, y en el D150 hay tres variantes: tracción delantera y cambio manual (aquí hallamos el precio básico de 37.450 euros), tracción total con cambio manual y tracción total con cambio automático.

Además, el cliente podrá elegir entre dos alternativas principales: el acabado Estándar, que ya está muy bien equipado, y el R-Dynamic, más completo y enfocado claramente a la deportividad. Asimismo, las posibilidades de personalización son casi ilimitadas, tanto si elegimos alguno de los tres packs especiales como si preferimos dotar a nuestro E-Pace de elementos individuales exclusivos, como las llantas de 21 pulgadas, toda una primicia en su clase.