La conducción de vehículos puede verse afectada por multitud de factores y situaciones ante las que el conductor debe saber reaccionar. El estado mental es una de ellas. Por lo que el nivel de ansiedad, que por otro lado no deja de ser una respuesta normal del cuerpo y la mente a situaciones de incertidumbre, es también un riesgo en casos descontrolados o extremos, a la hora de conducir. Responder correctamente a estos ataques de ansiedad supone un reto que puede evitar consecuencias de mayor calado.
Como saber que estas ante una ataque de ansiedad
Ante coyunturas inciertas, desconocidas y poco experimentadas (miedo) la mente humana alerta al cuerpo, provocando que la atención sobre la actividad a realizar se vea mermada. Nos exponemos entonces a correr riesgos reales de efectos imprevisibles. Por contra un estado de nerviosismo controlado y de bajo nivel de ansiedad, puede resultar positivo (lo conocemos como «sangre fría») para el desarrollo normal de la actividad. Por supuesto que la experiencia ayuda a controlar estos estados, pero también es cierto que hay trastornos ocultos (traumas psicológicos, físicos, genéticos, etc…) que determinan en muchas personas la capacidad de controlar su ansiedad.
