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Efecto lupa, el culpable de que tu coche se convierta en un horno

Tradicionalmente el color de los coches se asocia tanto a la suciedad que acumulan como a la temperatura del interior. Respecto a lo primero poco hay que decir, la respuesta es bastante obvia. Respecto a lo segundo, parece obvio que el color del coche influye sobre la temperatura interior, pero probablemente de una forma diferente a la que te imaginas.

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El color incluye, pero menos

En cualquier caso y si nos ceñimos a los que nos ocupa, la temperatura es obvio que el color influye sobre la temperatura del automóvil. Aunque no como te imaginas. Como es sabido los colores oscuros absorben con mucha más intensidad las radiaciones solares, de forma que concentran mucha más temperatura. Pero otra cosa es si esa temperatura llega al habitáculo o no.

Si nos ceñimos a la temperatura exterior de la carrocería, la diferencia de temperatura entre un color claro y uno oscuro es brutal.

Según un estudio de temperaturas y colores llevado a cabo por el Real Automóvil Club de Cataluña, RACC, la temperatura de la chapa de un coche negro u oscuro puede alcanzar los 80 grados centígrados tras una hora aparcado al sol en un día con una temperatura exterior en torno a los 25 grados centígrados. En cambio si nos referimos a un coche blanco, alcanzaría una temperatura de 60 grados centígrados, 20 grados menos.