Desde hace unos meses, la Guardia Civil está detectando una curiosa pegatina en las matrículas de algunos coches. Un adhesivo reflectante cuando un flash lo ilumina y que, supuestamente, permite pasar a toda velocidad por delante de un radar sin que este pueda leer tu matrícula.
Estamos hablando de un truco que, a pesar de ser popular en países como Italia y que ha generado cierta curiosidad en España, en realidad es una de las peores decisiones que puedes tomar al volante. Si quieres evitar una multa monumental, la pérdida de puntos o problemas mayores, debes saber a qué te expones si la Guardia Civil o cualquier otra autoridad de tráfico te descubre con ellas.
Así funcionan las “pegatinas antirradar”

Para entender por qué son ilegales y la razón de su gran sanción, primero hay que comprender qué prometen. La idea detrás de estas pegatinas es bastante simple y, a primera vista, puede parecer efectiva. Se trata de unos adhesivos con la forma exacta de los números y letras de tu matrícula, diseñados para pegarse justo encima de los originales.
El material del que están hechas es un tipo de vinilo que reacciona a la luz intensa. Cuando un radar tradicional emite su flash para tomar la fotografía del vehículo infractor, la luz choca contra estas pegatinas. En lugar de iluminar el fondo de la matrícula, la luz del flash se refleja de tal forma que la cámara solo capta un resplandor.
Por tanto, la foto que toma el radar tiene los caracteres ocultos debido a la sobreexposición a la luz. A simple vista, la matrícula parece normal. Pero para el ojo de la cámara con flash, los números y letras parecen invisibles. Es un engaño óptico pensado para burlar al sistema de detección de velocidad.
Un “plan” con fisuras

Aunque esta tecnología pueda haber funcionado con los radares más antiguos, que dependían del flash para iluminar la escena y capturar la imagen, el mundo de los cinemómetros ha avanzado, y mucho. Si te estás planteando usar estas pegatinas, debes saber que estás apostando por un truco que está condenado al fracaso.
Los radares más modernos que la Guardia Civil y la DGT tienen desplegados por toda la geografía española, incluyendo los cinemómetros fijos, móviles e incluso los que van a bordo de helicópteros o drones, han evolucionado para contrarrestar este tipo de artimañas.
Muchos de estos dispositivos ya no dependen solo de la fotografía con flash. Están equipados con cámaras de infrarrojos que les permiten tomar imágenes claras incluso en la oscuridad o bajo condiciones de baja visibilidad, y lo más importante, no se ven afectadas por la reacción reflectante de las pegatinas.
Por lo tanto, no solo es una trampa ilegal, sino que también es ineficaz contra la mayoría de los radares que te puedes encontrar hoy en día en España. Estarías cometiendo una infracción gravísima sin ni siquiera conseguir el objetivo de evitar la multa por exceso de velocidad.
La sanción que te puede poner la Guardia Civil si llevas estas pegatinas

En España, la ley es muy clara y dura con cualquier intento de manipular o dificultar la lectura de la matrícula. El Reglamento General de Vehículos establece que la matrícula debe ser siempre legible y visible. Cualquier cosa que altere su estado se considera una infracción muy grave.
Si un agente de la Guardia Civil te sorprende utilizando estas pegatinas reflectantes, te enfrentarás a una de las multas más elevadas del código de circulación. La sanción por manipular la matrícula o utilizar mecanismos para ocultarla o distorsionarla, como son estas pegatinas, puede ascender a los 6.000 euros.
Si comparas esta cantidad con la multa más habitual por exceso de velocidad (que puede oscilar entre 100 y 600 euros), te darás cuenta de que el ‘ahorro’ que buscabas se ha convertido en una ruina.
Además de la fuerte sanción económica, manipular la matrícula conlleva la retirada de 6 puntos de tu permiso de conducir. lo que te deja al borde de la retirada del carné si eres un conductor experimentado, y prácticamente te garantiza la pérdida total del permiso si eres un conductor novel.
Pero la cosa no acaba ahí. En ciertos casos, dependiendo de la interpretación de la autoridad y la gravedad de la manipulación, ocultar o falsificar la matrícula podría interpretarse no solo como una infracción administrativa (una multa), sino como un posible delito de falsedad documental.
Si bien la pegatina invisible no es una falsificación de la placa en sí misma, sino un intento de ocultarla, si se demuestra una intención clara y deliberada de impedir la identificación del vehículo para cometer infracciones, las consecuencias podrían ir más allá de la multa de tráfico. Esto podría implicar un proceso judicial, con el coste y los problemas asociados que ello conlleva, incluyendo la posibilidad de enfrentar penas de cárcel, aunque esto último se reserva a casos de falsificación más directa o de uso de placas falsas.
La Guardia Civil lo tiene claro. No hay pegatina ni ‘truco’ que merezca asumir ese riesgo. Conducir de forma responsable y legal es la única garantía de que tu viaje termine sin sobresaltos.























































































































