Volvo quiere que sus deportivas versiones firmadas por su departamento Polestar (compró el 100 x 100 de las acciones en el año 2015) lleguen a más mercados mundiales, pues actualmente los Volvo Polestar sólo se venden en 13 países y en un futuro no muy lejano llegarán a nada menos que a 47 mercados entre los que seguro que se encuentra el nuestro, y donde se tendrá que batir en duelo con modelos como los Audi S4, BMW 340i, Mercedes-AMG C 43 4Matic u Opel Insignia OPC entre otros. Por este motivo la producción se incrementará de 750 a 1.500 unidades anuales.
Y cuando se incremente esta producción de deportivos, lo hará concidienco con la llegada de una nueva mecánica que impulsará a estos Volvo S60 Polestar y Volvo V60 Polestar. Decir que el primero de ellos cuenta con carrocería de cuatro puertas, mientras que el segundo apuesta por una carrocería familiar.
2 litros, cuatro cilindros y… ¡367 CV!
Las unidades fabricadas hasta la fecha optaban por un propulsor 3.0 sobrealimentado de seis cilindros en línea, que generaba una potencia de 350 CV y un par máximo de 500 Nm. Pues bien, semejante mecánica se verá reemplazada por un sofisticado bloque de dos litros y cuatro cilindros que deriva del utilizado en los Volvo XC90 T6, una mecánica que cuenta con turbo y con compresor, y que bajo el capó de estos Polestar genera una potencia de 367 CV y un par máximo de 470 Nm (320 CV y 400 Nm en el XC90 T6). Esto se traduce en una potencia específica de 186,4 CV/litro, a un paso del récord del segmento en manos del motor 2.0 Turbo de los Mercedes-AMG A 45 4Matic con sus 381 CV de potencia.
Además de estrenar mecánica, también estrena un cambio automático Geartronic de 8 velocidades (antes se conformaba con seis relaciones), por lo que el Volvo S60 Polestar se permite el lujo de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,7 segundos, mientras que el Volvo V60 Polestar necesita 4,8 segundos. Ambos alcanzan una velocidad máxima limitada a 250 km/h. La berlina también homologa un consumo medio de 7,8 l/100 km y el familiar 8,1 l/100 km.
Frenos Brembo y suspensiones Öhlins
Polestar no sólo ha trabajado en esta mecánica, sino que también pone a punto el resto de componentes que comprometen la dinámica de estas deportivas versiones. Por este motivo ajusta la dirección y también retoca la transmisión automática. Las suspensiones estrenan muelles y amortiguadores, estos últimos firmados por Öhlins. Entre ambos consiguen ganar un 80% de rigidez comparado con las versiones R-Line. Los frenos también son específicos para estas versiones Polestar y delante ofrecen un equipo firmado por Brembo y compuesto por pinzas de 6 pistones y discos de 371 milímetros.
El peso también se ha consegido rebajar 20 kilos respecto a las versiones «convencionales» (el S60 pesa 1.751 kilos y el V60 1.796 kilos). Para ello estrenan algunas piezas fabricadas en carbono y también unas llamativas llantas forjadas de 20 pulgadas que cuentan con neumáticos Michelin Pilot Super Sport en medida 245/35. Por cierto, para transmitir todo este potencial al asfalto se mantiene el sistema de tracción total AWD, que también ha sido revisado por Polestar para ganar dinamismo sin comprometer la seguridad de la que hacen gala todos los modelos del fabricante sueco.