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Volvo XC90. Con total seguridad

Volvo se lo ha tomado con calma a la hora de renovar su XC90, pero la espera ha merecido la pena porque su nuevo SUV ofrece grandes atractivos como para situarse en el grupo de los grandes elegidos del segmento.

Ya hemos ido informando semanas atrás sobre muchas de las características de este vehículo. Pero nos faltaba lo más importante: subirnos en él y realizar los primeros kilómetros en una intensa toma de contacto.

Es un vehículo que llama la atención, sin duda. Destaca el frontal, con diferentes parrillas, según versiones, y con las luces diurnas en forma de 'T' tumbada como su rasgo más distintivo.

Preparados para cualquier tipo de viaje

El interior presume de diseño 'escandinavo'. Lo cierto es que el habitáculo es de los que invitan a viajar: formas muy limpias, materiales de primera calidad, ajustes exquisitos y algo que no todas las grandes marcas saben hacer, como son unos asientos impecables y con multitud de regulaciones.

La enorme pantalla táctil del salpicadero, similar a una 'tablet', permite gestionar prácticamente todo, menos la conducción propiamente dicha. El resto de la información se reparte entre la instrumentación principal, digital y muy similar a la que se ha estrenado en marcas como Audi y Volkswagen.

Destaca las enormes posibilidades que ofrece la segunda fila de asientos, desplazables hasta 22 centímetros y regulables en inclinación. Sin embargo, la central resulta incómoda por la dureza del respaldo.En cuanto a las dos últimos asientos, de serie en toda la gama, son válidos para un adulto siempre que la segunda fila se adelante al el piso del maletero cuando no se usan, pero si lo hacemos el maletero todavía ofrece unos estupendos 285 litros de capacidad.

Gama equilibrada de motores

En la toma de contacto tuvimos ocasión de rodar con las versiones D5 diésel biturbo de 225 caballos, T6 de gasolina de 320 CV (comparten cilindrada) y el T8 híbrido enchufable de 400 caballos. Con cualquiera de ellos se llega a una doble conclusión: el XC90 se mueve con mucha más agilidad de la que podría preverse debido a su tamaño y peso. Y lo hace ofreciendo un gran confort, destacando su buena insonorización.

Todas las unidades llevaban la suspensión neumática opcional.El T6 es muy prestacional, registrando unas aceleraciones excelentes. Comparte un compresor y un turbo en su alimentación. El diésel es más un corredor de fondo. Se puede optar hasta por cinco programas diferentes de conducción, incluyendo uno específico para el campo. Todas las versiones se asocian a una caja automática de ocho relaciones con convertidor de par y recurren a la tracción total.

Lo que menos nos ha gustado es la dirección eléctrica, ya que no transmite demasiado. Por su parte, el cambio, incluso en modo 'Dynamic', sube de marcha antes de llegar al corte. La cuestión choca porque esa lógica es poco conservadora en otras condiciones. Por ejemplo, admite reducciones de varias marchas aunque vayamos en modo 'ECO'. El XC90 emplea la nueva plataforma escalable de Volvo que permite ahorrar unos 150 kilos de peso.

La seguridad como credo

La seguridad es el principal 'mandamiento' en Volvo y este modelo estrena nuevos asistentes en este sentido, como el sistema 'Run-off road protection', que detecta una salida de la vía del vehículo, tensando los cinturones de seguridad delanteros a la vez que la banqueta de los asientos absorbe parte de la energía para proteger la columna vertebral.

Además incorpora un asistente de frenado automático en las intersecciones, denominado 'Auto Brake at Intersections', que detiene el coche si detecta peligro de colisión al girar en un cruce. Estos dos elementos se montan de serie y forman parte del sistema 'City Safety', que detecta vehículos, peatones y ciclistas tanto de día como de noche.

También incorpora un sistema de aparcamiento automático 'Park Assist Pilot' tanto en línea como en batería, un asistente de circulación en retenciones que actúa sobre el acelerador, los frenos y la dirección en los atascos de manera automática, además de los ya conocidos, como el de fatiga del conductor, una alerta de cambio involuntario de carril o el detector de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores (BLIS).